«No es necesario trabajar demasiado. Las elecciones ya están ganadas», ha dicho Herrera a sus más cercanos colaboradores.
Estamos ante otro ‘Vendeburras’ como el de Moncloa. Responde al nombre de ‘Juanvi’ Herrera y aún es presidente de la Junta de Castilla y León. Habla de credibilidad pero ya nadie le cree. Ha llevado a Castilla y León a ser una comunidad de tercera y totalment desconocida. En los últimos cuatro años han cerrado cientos de empresas; la despoblación sigue siendo la asignatura pendiente; sus equipos de trabajo se mofan a diario de la ciudadanía, incluso, cuenta con una jefa de servicio en la Consejería de Educación que niega al contribuyente el derecho de ser ciudadano por el mero hecho de ocupar un cargo docente; trascurridos dos meses desde el abuso, aún no le han cesado; las solicitudes de dependencia tardan seis y más meses en resolverse; los equipos de Herrera Campo llevan apoltronados años y años, pero están convencidos que ganarán las elecciones sin trabajar y ‘sin bajarse del autobús’.
De nuevo, se ríen de todo el mundo. Además de chulos, atormentados por seguir dormitando en la docena de consejerías que aplauden con las orejas a Juanvi Herrera.