Ahí tienen a dos recogepelotas del Sevilla C.F. Ambos llegaron corriendo, tras el botellazo a Iker Casillas, con la intención de hacer desaparecer el cuerpo del delito. Esa era toda su preocupación. Pero no se acercaron al portero madridista para socorrerle. Importaba retirar las botellas. Les daba igual lo que le sucediera a Iker Casillas.
Con el video se insufló desprecio al Real Madrid y odio al contrario. Sobran otros comentarios, pues de ese odio bebieron los recogepelotas del Sevilla C.F. y con ello demostraron la catadura moral que tienen; si lo hicieron por su cuenta, son despreciables como personas y, si cumplían órdenes del Sevilla, la institución no merece ‘apellidarse’ como «deportiva» y mucho menos competir dentro de la dignidad de un campeonato nacional. deberían copiar de la elegancia, sentido común y ética de su vecino, el Betis; aunque tal vez sea pedir demasiado.
Ante la actitud de esos recogepelotas de la foto, saco una clara conclusión. Si esta pareja de indeseables se encuentra con un accidente en la carretera, no nos extrañaría que se parasen a recoger el botín que encontraran (pillería), dejando abandonados a los accidentados, con lo que incurrirían en un sancionable delito y en el más aborrecible desprecio al derecho a la vida.
Sujetos como los de la foto no deben volver a pisar un campo de fútbol. Es más, el sentido común dice que deben quedar desvinculados del mundo del deporte para siempre. De no hacerse así, volverán a incurrir en el mismo delito: despreciar la vida ajena y, a la vez, regocijarse con su actitud. ¿Acaso sabían si a Casillas le había golpeado una piedra o una bala?
La catadura moral de los fotografiados quedará ahí retratada. Por cierto ¿cómo es que el Sevilla tiene gente tan mayor como recogepelotas? ¿Pusieron gente tan mayor para llevar la violencia y ocultación del cuerpo del delito hasta las últimas consecuencias?
No duden en difundirlo. Tal vez así, el crespón de la vergüenza se imprima en las banderas de algunos clubes deportivos, para reconocerlos el desprecio y el desprestigio futuro.