Cayo Martín Franco – (Cantabria Liberal).- Con la que está cayendo en materia económico-laboral, a nuestros salvadores patrios socialistas no se les ha ocurrido otra cosa que abordar como medida prioritaria el cambio del orden de los apellidos.
Tal como han demostrado las distintas encuestas del CIS, es éste uno de los temas que más demanda la sociedad española, que ya está bien de tanto machismo y predominancia de la genealogía masculina. Asesorados por la otrora ministra del ramo, Bibiana Aído, nos proponen la igualdad, el fifty/fifty, en el orden de los patronímicos. Es decir, que se pueda poner el apellido de la madre primero y luego el del padre. Que los progenitores no se ponen de acuerdo, el encargado del Registro Civil tira de abecedario y que se zurzan los Zapatero, entre otros. Medida gramaticalmente correcta, pero anticonstitucional a todas luces, por discriminatoria. ¿Quién decidió que la V fuere detrás de la C? ¿Por qué la S ha de tener menos valor que la L? El artículo 14 de la Constitución consagra el principio de igualdad, por lo que tanto monta monta tanto, la I como la F.
Para mí que aquí hay gato encerrado. Ahora que el personal se ha acostumbrado a las barbas de Rajoy y le ve como futuro Presidente de la nación, a los puntos o por K.O sobre el de la ceja (Zapatero), le va a costar bastante identificar al Sr. Brey como líder del P.P., cosa que favorece a todas luces al Sr. Rodríguez, apellido común donde los haya y con el que muchos hombres se identifican en verano en los madriles mientras la parienta está de vacaciones con los retoños en las playas de Levante. Las cocinadas encuestas del CIS concluirían afirmando que al Sr. Brey no le conoce ni el Tato (torero zaragozano de apellido Gracia) y que el de León puede seguir otros cuatro años en la Moncloa, mudando de ZP a RZ.
¿Y qué me dicen Ustedes, a nivel regional, del Sr. Palacios? ¿Porta el Rácing Club en sus camisetas publicidad subliminal de Ignacio Diego, líder del P.P. cántabro, cuyo segundo apellido coincide con el del rey de los chorizos riojanos? ¿Se sentirían traicionados los habitantes de Revilla (de Camargo), topónimo multipublicitado en televisión por nuestro actual Presidente, que pasaría a hacer famosos a los de Roiz, localidad de Valdáliga? ¿Se le imaginan contando sus chascarrillos en el programa nocturno de la Sexta de gran audiencia de un tal Moreno? No teman los perreceros, que no va a hacer pareja con el muñeco Macario, pues José Luis Moreno mudaría su apellido a Rodríguez (como el Presidente de la Nación), sino que seguiría acudiendo al programa del actual Buenafuente, apellido paterno que cedería la plaza al de su madre, más bronceado. Sin duda al de Polaciones, le daría igual Revilla que Roiz, pues seguiría siendo don R que R (lleva de diputado desde 1982).
Me estoy haciendo un lío y temiendo lo peor. El abajo firmante, un Martín de toda la vida, apellido de origen francés, tendría que firmar sus artículos como Franco, apellido materno, lo cual puede acarrearme la aplicación directa de la Ley de la Memoria Histórica y la supresión del uso del mismo para no herir sensibilidades. Lo dicho, aquí hay gato encerrado.
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