En cuestión de fracaso escolar en la educación secundaria obligatoria, el Ministerio de Educación está muy preocupado. Así lo ha manifestado el Consejo Escolar del Estado ante la evolución negativa de las tasas de idoneidad y el fracaso escolar prematuro. Una clara muestra es el ‘aterrizaje’ de un importante volumen de alumnado que desconoce las estructuras básicas de la lectura, la escritura y el cálculo en los centros de educación de personas adultas; sobre todo con motivo de la crisis laboral a la que nos ha conducido la incompetencia de los Gobiernos del ‘gótico’-esperpéntico, José Luis Rodríguez Zapatero.
No es ninguna sorpresa si decimos que los porcentajes de titulación en secundaria obligatoria son muy inferiores a los de la Unión Europea. A ello hay que añadir la fuerte desigualdad existente entre las comunidades autónomas, donde las competencias básicas se quedan muy por debajo de la media en comunidades como Cataluña o Andalucía, en tanto que Navarra, Rioja o Castilla y León están muy por encima de la media española.
Dada esa situación, el Consejo Escolar del Estado ha instado a las Administraciones educativas autonómicas a superar tal realidad, así como a promover la cultura del sacrificio, el esfuerzo y el espíritu emprendedor. Para ello no ha dudado en aconsejar la continuidad de la atención a la diversidad y a potenciar actividades tendentes a superar las dificultades de aprendizaje; para ello establece como muy positivos los desdobles de grupos y los refuerzos de las áreas instrumentales, así como la orientación y el apoyo.
Algunas comunidades autónomas pasan olímpicamente de los que diga el Consejo Escolar del Estado y así les cubre el pelo; sobre todo porque los Consejos Escolares de las autonomías son una figura decorativa claramente inservible y desconocedora en muchos casos de la realidad del sistema educativo, más preocupados de atesorar dietas y de figurar que de ser rentables al sistema. De ello damos fe a diario desde su regulación y constitución, tal y como hemos denunciado reiteradamente en numerosos foros.
El colmo de algunas comunidades llega hasta el punto de ignorar cuanto les rodea y que puede reconducir su labor. Se creen por encima del bien y del mal y… así les va. Comunidades como Castilla y León desprecian las resoluciones del Procurador del Común, no solo en temas educativos sino en cualquier ámbito; ahí tienen el rechazo de la Junta en la provincia de Ávila, en cuestiones referidas al medio ambiente. Los políticos que nombra Juan Vicente Herrera ‘trabajan’ — bueno, lo de trabajar…… es un decir — a piñón fijo y pensando en las elecciones autonómicas, así como en renovar su puesto de trabajo ‘sine die’, sobre todo nos referimos a los nombrados como libre designación; pero ha quedado suficientemente demostrado que consideran a la ciudadanía como su enemigo natural. Hay muchas pruebas que demuestran la falta de rigor con la que trabajan las distintas consejerías en Castilla y León, desde los propios presupuestos generales como ha demostrado la oposición socialista, hasta la dejadez en temas educativos como se viene observando a lo largo de las dos últimas legislaturas.
El Consejo Escolar del Estado, sabedor de la ignorancia que muestran comunidades como Castilla y León, ha propuesto la elaboración de un Plan de Actuación Urgente y Generalizado. Con él pretende que tras las propuestas de la Mesa sectorial, se aborden los problemas en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación. Se trata ante todo de hacer realidad la equidad educativa a la que se alude en el Título II de la LOE.
Tampoco hay que olvidar toda la batería de medidas de compensación educativa que son necesarias en los centros educativos. Pero, como de costumbre, el Consejo Escolar se suele olvidar de los centros de educación de personas adultas que, como consecuencia de la crisis, reciben alumnado que abandonaron muy temprano la educación obligatoria.
Sorprende que un importante volumen del alumnado que acude a los centros de EPA — tras seis años de primaria y cuatro de secundaria, — tenga dificultades para leer y escribir, no saben restar, desconocen la tabla de multiplicar y no entienden lo que silabean (leer son palabras mayores en muchos casos).
A pesar de ello, algún Servicio periférico de Educación de Castilla y León se empeña en ir contra la calidad de enseñanza de los CEPAs; se ocupan de auténticas estupideces como la impartición por uno o más prefesores/as de una u otra forma de los ámbitos educativos de la Educación Secundaria para Adultos, mientras se desentienden de la realidad y del sacrificio de los docentes, además de desconocer y atentar contra la independencia organizativa de los propios centros. A ello contribuyen, en gran medida, el mal asesoramiento que reciben algunos cargos políticos provinciales de educación y el pleno desconocimiento de la realidad de este tipo de centros.
Una vez más se demuestra que la ignorancia es excesivamente atrevida y peligrosa. Ya dice un proverbio que «la sabiduría inútil solo se diferencia de la tontería en que da mucho más trabajo». ¿Alguien cree que a la Administración educativa de Castilla Y León le importa el abandono escolar prematuro, relacionado con el elevado porcentaje de alumnos y alumnas que terminan la ESO sin ningún título más allá de la foto de prensa o la noticia periodística? ¿Tan ignorantes nos consideran?
Pasa un curso y pasa otro y una y otra vez se hace realidad el refranero, en el sentido de que «los años son escobas que nos van barriendo hacia la fosa». Pero ya verán como no falta algún ‘alvarito’ dispuesto a hacer de abogado de lo indefendible, intentando demostrar que Castilla y León está correctamente gobernada o que todos los universitarios encuentran trabajo en su tierra. ¿Apostamos?