La Procuraduría del Defensor del Pueblo ha demostrado una y otra vez que no hay torturas ni simple maltrato en los centros penales de Instituciones Penitenciarias. Podemos afirmar, basándonos en fuentes plenamente fiables y de primera mano, que en las cárceles no se da mal trato a los miembros de ETA. Más bien al contrario. Incluso lo ha demostrado en reiteradas ocasiones la Defensoría del Pueblo, no solo a través del titular sino por parte de su segundo de a bordo.
Seguramente, gran parte de la población española no sabe que, desde enero del presente año, el Estado español dispone del llamado Mecanismo para la Prevención de la Tortura. Tal función está bajo el control del Defensor del Pueblo y, si bien se han hecho cientos de actuaciones, jamás se ha detectado nada de lo denunciado por el mundo abertzale y por las organizaciones mafiosas que lo constituyen.
En los últimos años han proliferado denuncias desde el ambiente etarra o filo etarra y siempre han estado instaladas en la falsedad, en la mala fe, en el odio, el rencor y el afán de hacer daño por el daño. ETA siempre ha claudicado ante el Defensor del Común, porque éste en todo momento ha exigido jugar con las cartas boca arriba y ya se sabe que quien exige jugar de esa forma es porque tiene todos los triunfos en la mano. En este sentido, Enrique Múgica Herzog ha actuado durante su mandato como lo hacía Graham Greene y, por suerte, su hasta entonces número dos (María Luisa Cava) sigue el mismo camino.