Hoy parece que cada vez somos más los que estamos de acuerdo en que nuestro presidente, Rodríguez Zapatero, avanza a ‘piñón fijo’, habla con cierto temor y esconde su cobardía tras el ‘superministro’, Alfredo Pérez Rubalcaba. Por cierto, menudo ‘carrerón’ lleva: primero refrenda y defiende la LOGSE como ministro de Educación y Ciencia, aportando a la sociedad española el mayor bodrio de sistema educativo que ha conocido el siglo XX, hasta el punto que Rubalcaba tiene una importante deuda con la sociedad española.
Y ahora se responsabiliza de extender el último tentáculo que le queda al PSOE: la rendición negociada de la banda etarra. ¿Es que pretende extender la deuda a sus descendientes? Quien fuera considerado como el hombre fuerte e inteligente del Gobierno, da la impresión que no es más que el estafermo al que Rodríguez quiere condenar a la hoguera política de su fracaso personal. Pero el presidente debe recordar que Pérez Rubalcaba es como el ‘Ave Fénix’. La carrera política de Rubalcaba aún tiene recorrido, aunque desconozco si es largo, corto o simplemente puntual.