El comité ejecutivo de ANPE ha analizado críticamente la situación actual de la economía española, golpeada por una crisis cuya magnitud ha desbordado al Gobierno.
Consideramos que existen, sin duda, motivos para reprochar duramente al Gobierno español su mala gestión de la crisis económica, su prolongada negación de los problemas y su tardanza en aplicar medidas correctoras adecuadas. Sin embargo, consideramos que esta convocatoria de huelga general obedece a estrategias políticas y lavado de imagen de los sindicatos de clase, y no va a solucionar ninguno de los graves problemas que nos aquejan.
La situación económica en España necesita reformas estructurales y cambios profundos que deben aplicarse también al propio sistema educativo. ANPE exige al Gobierno que haga recaer la carga de la crisis entre quienes la han causado, acometa las reformas estructurales necesarias, recorte la duplicidad en las administraciones públicas y frene el insensato gasto suntuario, incomprensible para la ciudadanía. Además en este momento la inversión en educación debe ser prioritaria. ANPE rechaza de plano que las medidas para reducir el déficit público se limiten a bajar el sueldo de los profesores de la enseñanza pública, junto al del resto de los funcionarios, y a la congelar las pensiones. De hecho, ANPE presentó el pasado mes de julio ante el Tribunal Supremo un recurso contencioso administrativo directo contra el RD 8/2010 de 20 de mayo de medidas extraordinarias para la reducción del déficit público. Mientras tanto, el índice de desempleo juvenil, que afecta directamente a los resultados del sistema educativo, triplica la media europea ante la indiferencia del Gobierno.
Sin embargo, y respetando las opciones individuales de nuestros afiliados, en ANPE no vamos a secundar la convocatoria de huelga general.
Los motivos que nos han llevado a tomar esta decisión son los siguientes:
· Los sindicatos convocantes de esta huelga son corresponsables con sus actuaciones de la situación que estamos viviendo. Practicando una simbiosis con la política que ha lesionado gravemente ante la sociedad el concepto de representación sindical democrática, han demorado las medidas de presión que hubieran sido necesarias desde el inicio de la crisis. Además, han mantenido durante tres años un silencio cómplice ante la negativa del Gobierno a reconocer los problemas, ante las medidas erróneas para solucionarlos y ante el dramático aumento del desempleo. Ahora se hace coincidir la fecha de esta huelga general con una movilización europea, en lo que parece una estrategia política para enmarcarla en un contexto de globalización.
· En los profesores españoles prima el desencanto ante la posibilidad efectiva de conseguir cambios. Ya nos dijeron el pasado 8 junio, con el escaso seguimiento de la huelga de funcionarios, que no quieren huelgas políticamente manipulables.
· El Gobierno está obligado a escuchar la protesta por su mala gestión y a actuar en consecuencia. La voz de los profesores debe escucharse también. ANPE la ha llevado a los Tribunales de Justicia y la va a seguir llevando a los ámbitos de representación. Nos hemos comprometido ante el profesorado a efectuar medidas de presión efectivas y que no perjudiquen ni a la tarea docente ni a los ciudadanos, y a ellas nos vamos a dedicar.
Para ANPE, una huelga es un medio, y no un fin. Esta convocatoria de huelga general no parece convocada para exigir al Gobierno que gestione bien la crisis, sino para lavar la imagen de los sindicatos que se dedican a la política.
A diferencia de ellos, ANPE sólo se dedica a la educación.