Por Xavier Carrió Jamilá.- Una de las paradojas de este país que se han puesto al descubierto es que España siendo unos de los países en que los trabajadores dedican más horas al año al trabajo, es el que tiene la tasa de productividad más baja, mientras el salario medio por español, uno de los mas bajos de Europa, y al mismo tiempo tiene el mayor número de parados de la Unión. Estas cifras que son contradictorias entre sí podrian ser anecdóticas, si no coincidieran todas sobre un mismo cuerpo que delatan su estado de putrefacción. Y desde Europa no se comprende que esto pueda coincidir en el mismo pais.
La decisión de Esperanza Aguirre de aplicar el bisturí para borrar de un plumazo 2.000 de los 3.000 liberados sindicales de la Comunidad de Madrid, aplicando de manera estricta los mínimos que fija la ley, es solo la representación de un síntoma del mal que nos aqueja. Que existan tres veces más liberados que los que marca una legislación ya de por si laxa en este terreno no sólo es una rémora para la creación de puestos de trabajo productivos y para el desarrollo económico del país, sino que constituye una auténtica injusticia social, especialmente en unos tiempos de crisis en los que todos, incluidos naturalmente, los sindicatos, deberían apretarse el cinturón.
Está visto que no faltan caraduras cuyo único trabajo es convertirse en piquete contra la empresa cuando al sindicato le interesa que confunden la legítima defensa de los derechos del trabajador con el abuso que puede suponer vivir del cuento sindical y a costa del que paga el salario que, en este caso, no es otro que el contribuyente.
No existen cifras reales del total de liberados sindicales en toda España, el Gobierno y los Sindicatos hacen todo lo posible para ocultarlas, pero se habla de entre 200.000 y 300.000 que cobran de sus empresas y que no crean ninguna riqueza a través de su trabajo. Estas cifras puede quedarse cortas por lo que estariamos hablando de que existe una gran metástasis dentro del cuerpo productivo español que provoca que el español tenga que trabajar más horas para producir lo mismo que otros paises al ser menos los que están realmente trabajando. También esto afecta a los salarios, hay que repartir entre los que producen y los que no. Igualmente afecta al precio final de los productos que intentamos colocar en el mercado internacional.
Es la primera vez que desde los poderes públicos se toma una decisión de este tipo y hay que agradecerle a Esperanza Aguirre el haber puesto el dedo en la llaga. Con ello se intenta atajar un problema que le va a representar un ahorro de 70 millones de Euros solo en su comunidad. Uno tiene la certeza que esta situación se reproduce en todos y cada uno de los cuerpor laborales de Ministerios, Consejerias, Comunidades Autónomas, Diputaciones, Ayuntamientos Cajas de Ahorro Fundaciones, Consorcios o Empresas Públicas creadas a lo largo del tiempo en base de concesiones efectuadas durante años por los políticos de turno a cambio de que los sindicatos no les den problemas laborales, todo ello siempre a cargo del bolsillo del contribuyente.
Cuando desde la Comunidad Europea se insiste sobre la necesidad de efectuar una profunda reforma laboral, no es solo reduciendo salarios de los que producen o las pensiones de los jubilados sino que nos indican que es necesaria aplicar la cirugía de choque para conseguir poner a flote esta nave embarrancada por causa de los privilegios y los intereses de las clases sindicales y políticas.