En junio de 2009, aprovechando las elecciones europeas, el partido socialista envió una carta a los ciudadanos diciendo que el PP iba a «rebajar las pensiones, facilitar los despidos, bajar los salarios, desproteger a los empleados y debilitar la educación pública y la sanidad».
Hoy la ciudadanía puede comprobar que quienes han rebajado los sueldos y las pensiones son los socialistas que mal gobiernan y esquilman España, por pura incompetencia, deslealtad a la ciudadanía, desvergüenza incontrolada, mala fe, racanería y atraco permanente. Ellos siguen subiéndose el sueldo hasta un 17%, contraviniendo lo que dijeron. Mienten como de costumbre. Precisamente acaban de comprobarlo quienes han recibido nómina del mes de junio. A ello se une que han retirado los miserables 400 euros y subido el IRPF. Estamos ante un cártel descontrolado de ladrones de guante blanco con Blanco como cabeza mal pensante y suficientemente estropeada.
El desvergonzado socialismo ha atropellado a las familias, arrinconado a los trabajadores, desprestigiado a las empresas y ‘fusilado’ la ilusión de la ciudadanía. Ocultan miles y miles de parados y amparan a sabiendas la economía, dado que son incapaces de reconducir una situación que va a peor cada día que pasa.
El socialismo de la ‘izmierda‘ más arrugada ha provocado una crisis sin precedentes en España. Cuando todos los países de nuestro entorno empiezan a salir y han comenzado hace meses a crear empleo, en España el Gobierno de Rodríguez se ve impotente para entender la profundidad de la ‘madriguera‘ en la que está atrapado. Sus mentiras en el inicio de la crisis han retrasado considerablemente el inicio de la salida. Y lo que es más triste, en España la crisis aún no ha tocado fondo. Lo peor está por llegar.
De momento nos siguen engañando. Hablan de cuatro millones cuatrocientos mil parados; pero esconden setecientos cuarenta y dos mil. Para ello tuvieron que modificar el cómputo sobre a quién se considera parado. Es el ‘sino‘ del socialismo: la mentira, la tergiversación, el odio a la empresa, la represión al trabajador y la persecución al disidente.
Nada nos extraña la colección de patrañas que abandera el socialismo, pues hasta en política se le considera un eterno parricida, ya que «mató a su madrastra, la República, y a su hermanastra, la Libertad», en palabras de Balzac. Y llegado el caso ‘ponen a mamá a la venta’ si es preciso, con tal de perpetuarse y ‘amarranar‘ la libertad que tanto tiempo hemos tardado en conquistar.
Hace muchos decenios que la izquierda dejó de luchar por las libertades, porque no cree en ellas ni entiende su auténtico sentido; lo hace por lo que entiende egoístamente como libertad, que es su libertad, también entendida como represalia al vecino que no piensa de igual manera. Ahí tienen los ejemplos del ‘clan de la ceja’, el esperpento de ‘Nunca Màis‘ y el babeo del ‘No a la Guerra’, pero hay decenas de ejemplos a lo largo de la Historia del fraudulento socialismo.