En Castilla y León cada vez hay menos oportunidades para la juventud y, menos aún, para la juventud universitaria. Ésta se ve obligada a emigrar a otras comunidades en busca de salidas laborales dignas. Mientras no se demuestre lo contrario, Castilla y León es una comunidad que se hunde más y más por la mala gestión que viene haciendo desde hace años el Partido Popular y la inexistente oposición que representa el Partido Socialista. Tampoco se han puesto los medios necesarios para atender a la población mayor, aunque desde la Administración autonómica se convocan ayudas para auténticas barbaridades que, en muchos casos, son totalmente innecesarias.
Se sigue dando dinero a los sindicatos y al sector del carbón; un sector en franca crisis y que lleva muchos años generando un sacrificado e innecesario déficit, en vez de proceder a la urgente reconversión del sector, como se hizo en su día en Valencia o Bilbao. Con razón decía hace unos días un alto cargo del PP — al que estuvieron manteniendo en el Senado como preámbulo a su retiro — que “el equipo del presidente de la Junta de Castilla y León está haciendo más daño que un nublado estival”.
Los sucesivos Gobiernos autonómicos, así como la deficiente y abusiva gestión en que han incurrido, nos han llevado a que León y Castilla presenten unos datos de paro preocupantes, una inadecuación de infraestructuras básicas, una despoblación que lleva a que cada vez más tengamos pueblos ‘fantasma’, una administración pública sobredimensionada y también inadecuada, un parque móvil incomprensible con abusos y mala gestión (solo superada por Andalucía) y, lo que es más grave, un preocupante abandono de infraestructuras sanitarias y educativas.
A ello solo hay que añadir la deficiente gestión de la Educación y la Sanidad: falta profesorado como falta personal sanitario. En ambas Consejerías el concepto de “planificación” casi brilla por su ausencia. Y si hablamos de desarrollo legislativo habría que hablar de normas concretas, con lo que demostramos (lo haremos en septiembre con ‘nombres y apellidos’ de algunas normas precisas) que algunos departamentos de ciertas Consejerías son lo más parecido al caos y desatención que predominaba en el ejército de Doroteo Arango (Pancho Villa).
El presidente tiene que explicar a la ciudadanía los muchos compromisos que no ha cumplido y la inadecuación de su programa a la realidad de la comunidad autónoma. Pero ya verán ustedes cómo no lo hace. Y no solo no lo hará sino que pretenderá ‘tangar’ a la ciudadanía pintando de rosa aquello que es negro azabache. Así son el Gobierno Herrera y su Administración (o su “finca” como se suele aludir a Castilla y León entre sus fieles).