Estas vacaciones he estado recorriendo con mi familia la costa asturiana, disfrutando del fresco del Cantábrico para ver los magníficos paisajes y saborear el buen marisco que se pesca por la zona. Visitamos muchos de los pequeños y bonitos puertos pesqueros desde la ría del Eo hasta la desembocadura del Sella, pero la visita a Lastres me produjo una cierta perplejidad. Al llegar al pueblo ya nos advirtieron que el pueblo estaba colapsado por gran cantidad de visitantes y vehículos que impedían la entrada en el propio pueblo, por lo que el personal dejaba su coche donde podía, muchos a la vera de la carretera de entrada. Lo bonito de este pueblo como muchos de los puertos asturianos está en su coqueto puerto pesquero que era donde estaba nuestro destino.
Para llegar al puerto hay que bajar una fuerte pendiente por las estrechas calles, donde nos encontramos a un montón de turistas subiendo con niños y cochecitos de bebe por empinadas escaleras, plano en mano buscando determinadas casas que han servido como plató de TV para rodar la serie «Doctor Mateo» que lleva tres años emitiéndose por Antena 3. Cuando llegamos al puerto acudimos a la oficina turística que estaba allí para recabar un plano de la localidad. Nos dijeron que no lo tenían, pero sí nos proveyeron de un pequeño plano donde nos indicaban una a una las diversas casas donde se filmaron los episodios de la serie. Allí se indicaban la farmacia, el colegio, el bar, o la casa del médico.
Para llegar a ellas había que subir de nuevo recorriendo los escalones o rampas previamente indicadas, se podían ver las casas que han servido como decorado, que no eran más que casas particulares y algunas no más que un simple fachada como la taberna a la que ya los visitantes llegaban exhaustos pensando en tomarse una caña para refrescarse del calor y el esfuerzo. Allí no existía tal taberna, solo una pared con una fachada llena de pintadas y un solar posterior que la simulación convirtió en el bar del pueblo. Durante toda la ruta no conseguimos ni encontrar un simple puesto de refrescos que suministrara líquidos a los esforzados turistas dispuestos a dejarse los cuartos en el pueblo que a cada paso estaban más decepcionados y agotados.
Una simple reflexión, el pueblo de Lastres ha tenido repercusión nacional por una serie que lleva tres años emitiéndose con gran éxito y durante este tiempo, aparte de la idea del concejal de editar el dichoso folleto, nadie ha tenido la ocurrencia de poner un bar de verdad o una farmacia o la consulta del médico al final del dichoso camino. Es una pena, porque tal y como están las cosas en España aún existen negocios muy retables sin explotar. Pienso volver, pero en otras fechas que no ande tanto personal por ahí, el pueblo es precioso.