El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, hizo el miércoles balance de la situación de este problema, que ha empeorado durante el primer semestre del año ya que el número de mujeres asesinadas creció un 26%. Hizo algunas consideraciones cargando la responsabilidad del fracaso hacia la Justicia en la contención de esta violencia machista. Entre otras cosas, dio a entender que hay en la actualidad unas 500 mujeres «en riesgo alto o extremo» que no serían suficientemente protegidas por el sistema judicial, que, teniendo a su disposición 3.000 pulseras con GPS para localizar a los agresores potenciales, tan sólo mantiene en funcionamiento 369. Como si ello fuera la causa del problema. Todo ello cuando 800.000 hombres han sido acusados y han pasado por los calabozos judiciales acusados de violencia hacia la pareja que los había denunciado en muchas ocasiones, con el fin de acelerar sus procesos de divorcio.
Otros datos a tener en cuenta es que los asesinatos en un 60% han sido cometidos entre población inmigrante. Y que el 80% de las fallecidas no lo habían denunciado previamente. Lo que nos indica que hay que buscar la solución por otros medios, (…). El caso es que no se ha conseguido atajar este problema y estamos peor que antes de la aprobación de la ley.
El Ministerio de Igualdad, lugar que ha servido de asentamiento de las feministas radicales que están ahogando la convivencia entre sexos, ahora pretende quitarse la responsabilidad del fracaso de la Ley de Violencia de Genero cargando contra jueces y policia nada menos que la responsabilidad sobre el resultado de la aplicación de una ley perversa e injusta nacida de un consenso equivocado de nuestros legisladores, que se vieron presionados por el colectivo feminista que ha llegado a tener una gran capacidad para manipular la sociedad.
Esta ley viola obscenamente un principio sagrado que observa todo Estado de Derecho que merezca tal nombre: la igualdad ante la ley. Cabía esperar que al menos se consiguiera con ella reducir el numero de muertes. Pero no. Sin embargo, no existe arrepentimiento ni mucho menos propósito de enmienda por parte del Ministerio que mal dirige Bibiana Aido, porque quienes promulgaron la ley están seguros de tener razón al margen de lo que nos digan los hechos: están blindados ante la realidad por una ideología, en concreto la de genéro: el feminismo socialista.
El Ministerio de Igualdad y las organizaciones feministas radicales podrán buscar las excusas que quieran, pero lo cierto es que la realidad ha desmentido sus presupuestos ideológicos. El socialismo no sólo fracasa en la economía; legislar olvidando a las personas siempre será un error. Ha llegado el momento de reformar o derogar la ley contra la violencia de género y de ello debe de tomar nota el Partido Popular que en su momento se dejó convencer por las tesis social-feministas y votó a favor, junto a todos los demás grupos, esta ley injusta . Cada minuto que pase sin rectificar, sólo supondrá la perpetuación de la injusticia y la desigualdad ante la ley.
Vaya, por fin leo algo con sentido común. Estoy absolutamente de acuerdo contigo, y me gustaría hacerte un comentario.
La ley, cuyo nacimiento se debe entre otras cosas a proteger a aquéllas personas – mujeres desgraciadamente nada más- que por no tener testigos presenciales de los malos tratos sufridos, estaban desprotegidas. Esto que es absolutamente legítimo- y lo sería más si tuvieran en consideración que el hombre también puede ser sujeto pasivo de malos tratos- lo han convertido en algo espantoso, esto es, han eximido a la mujer de toda posibilidad de delinquir y de pecar … puesto que cualquier relato efectuado por una mujer contra un hombre, es cierto bajo palabra de honor. Bueno, no se si conseguirán sus objetivos, que aún no termino de ver claros, pero lo que si que es cierto, que al menos ya tienen asegurado un cielo sin hombres.
Un cordial saludo.
Y si tienes interés, tengo una sentencia absolutamente reveladora del verdadero carácter sectario, piramidal y cerrado de quienes están tras la ley.
Hasta siempre. Maribel.
Mis saludos cordiales. Gracias por tu aportación.
Jesús