Bibiana Aído, ministra pro muerte, frente a millones de españoles que defienden la vida, la solidaridad, la igualdad y la justicia. Sin duda, Zapatero no podía haber elegido otra ministra más atormentada y acomplejada. Su complejo llega a tal altura que, según ella, otro gallo hubiera cantado si «Lehman Brothers» se hubiera llamado «Sisters Brothers». Alguien dijo una vez que «si los necios volaran no nos daría el sol»; pues nosotros cambiaríamos lo de «necios» por «necias» y ya tendríamos en primera fila a la ministra pro muerte, adjetivación de la que no se apeará ni le apearemos mientras viva.