El ex presidente del Govern Balear, Jaume Matas, tiene hasta la medianoche del próximo miércoles, 7 de abril, para abonar la fianza de 3 millones de euros que el juez José Castro le ha impuesto si quiere eludir ingresar en prisión provisional, plazo que el juez ha ampliado a 72 horas. Esta es el enésimo caso de apropiación de dinero público. Asistimos además a un acto de hipocresía del presidente del Partido Popular, el cual ahora se desentiende del futuro de quien su partido seguía pagando un sueldo, meses después de dejar la política activa. Lo que apunta claramente al destino que el manejo del dinero de los partidos políticos, como sindicatos y otras organizaciones dedicadas a vivir del esfuerzo ajeno, dista mucho de ser ejemplar.
Hemos visto también las largas listas de subvenciones públicas millonarias que no son mas que otra modalidad de rapiña que son concedidas desde el gobierno socialista que después de FILESA y los GAL ya han aprendido y lo hacen mediante el BOE para fines tan peregrinos como el estudio del pie zambo de los congoleños o bien el estudio de la libélula catalana, la promoción de los homosexuales en Zimbaue, objetivos tan poco contrastables que en la mayoría de los casos es una certeza que este dinero va a parar a los bolsillos de familiares o amiguetes de partido. TODO ESTO ES UN ESCANDALO. Y todo el mundo mirando la paja del ojo ajeno sin ver la viga del propio.
Dentro del delicado momento aconómico que vive este país, con miles de personas sin salida en las colas del paro, con empresas cerrando por falta de financiación asistimos al espectáculo escandaloso de quienes están en los puestos de responsabilidad que sin un atisbo de prudencia se dedican a vaciar la caja para llevarse la pasta como sea, para ellos, su familia o sus compañeros utilizando sus instrumentos de poder y sin importarles un comino la situación desesperada de sus gobernados. Y esto ocurre con políticos de todos los signos.
Y a pesar de condenar a los corruptos pillados in fraganti con condenas de carcel, el dinero robado casi nunca se recupera. Mientras no se cambie el sistema de elección de los cargos públicos por listas abiertas y toda vez que los nombramientos dependen exclusivamente de los dirigentes de los partidos, propongo que en el momento que exista una condena firme por soborno o malversación, por parte de la justicia se haga RESPONSABLE CIVIL SUBSIDIARIO, al partido que avala al corrupto. Este podría ser el primer paso para que existiera un mínimo de vigilancia y cuidado desde la dirección de los propios partidos por la cuenta que les trae.