Según un estudio realizado por Pedro de Tena, Lorenzo Ramírez y A. Barreda para Libertad Digital, con fecha 18-3-2010, llegan a la conclusión de que en España existen 57.000 liberados sindicales que cuestan a las empresas y administraciones más de 1.600 millones al año.
El número de liberados sindicales es uno de los secretos mejor guardados. CCOO y UGT emplean la táctica del avestruz. En realidad la cifra está tomada sin tener en cuenta los liberados de las secciones sindicales, sino sólo los correspondientes a los delegados de personal elegidos en las elecciones sindicales.
Como denuncian fuera de nuestras fronteras, CCOO y UGT son los únicos sindicatos apoyados directamente por el «Régimen», obstaculizan las reformas en el mercado de trabajo, se permiten pontificar sobre cuáles deben o no ser las que tome el Gobierno para solucionar el acuciante problema del paro en España que ya alcanza los 5.000.000 de parados a los que no prestan la más mínima atención.
Los sindicatos españoles conforman una «aristocracia» laboral que se dedica a apoyar al Gobierno socialista, y exclusivamente a proteger a los trabajadores fijos que no siempre son los más productivos, y utilizan a estos liberados como fuerza de choque en manifestaciones, lanzando soflamas contra los empresarios, que son los únicos que pueden crear empleo y ayudar a la economía española a salir de la recesión.
Así, estamos ante la presencia de dos gigantescas empresas, UGT y CCOO muchos de cuyos ingresos no proceden de su propia actividad, sino que los succionan de la actividad de otras empresas y de los impuestos de los ciudadanos sin que exista control alguno, al menos, sobre los fondos públicos recibidos, que son los mayoritarios. De hecho, estamos ante organismos que tienen miles de trabajadores asalariados a su servicio, pero cuyos salarios, en su mayoría, son abonados por otros.
Los sindicatos españoles que tienen por sistema una baja afiliación, no tienen una militancia mayor del 15% del total de los trabajadores españoles se ha convertido en una gran empresa multinacional, ya que muy pocas empresas en España superan los 25.000 trabajadores. En este momento estas cifras son un escándalo, ya que estos Sindicatos reciben de nuestros impuestos subvenciones millonarias desde el Estado, autonomías e incluso ayuntamientos, más subvenciones para formación, cuyas cifras una vez sumadas resultan escandalosas.
Con todas estas cifras se puede afirmar, sin ninguna duda, que los sindicatos no son más que otro cáncer que impide en silencio –a través de ésta una casta de trabajadores– que no trabajan y que ellos son los causantes de que la rentabilidad y la pervivencia de las empresas, que cuando llegan a situaciones difíciles con posibilidades de despidos de trabajadores, vuelven a succionar en concepto de honorarios, al participar y facturar sus servicios obligatoriamente dentro de todos y cada uno de los expedientes de crisis, que se están llevando a cabo en estos momentos de crisis.