Llevo algún tiempo contemplando las conferencias de prensa de los viernes que da la vicepresidenta, Mª Teresa Fernández de la Vega, ante los periodistas. Hasta la fecha los periodistas — previamente filtrados por su gabinete — le hacían las preguntas previamente censuradas sobre las acuerdos del Consejo de Ministros. Pero últimamente veo a la vice con la cara mas fruncida y mas incómoda al responder las preguntas cada vez mas atrevidas de los periodistas. Arruga la cara, da un gruñido que dura lo suficiente para pensar en la trola y da las respuestas como la mujer engañada por el marido, cuando la vecina le pregunta sobre sus cuernos. Creo que está harta.
Vaya papelón ha tenido esta última semana y cuando le han preguntado qué se hace con lo del censo de inmigrantes de Vic o mas aún, con lo de las sanciones económicas a los países que no reduzcan su déficit. Cuando entre ella y varios ministros ya habían conseguido enfriar el asunto que había traspasado fronteras, su señorito Zapatero va y dice que sí se aplicarán las sanciones. Claro, así España se pone en cabeza para la primera tanda de los silicios, que ya lo pagará el pueblo.
Vaya papelón para las ministras-feministas del Gobierno con tal de seguir defendiendo sus modelitos. Ahora el macho dominante está en la Moncloa con el harén a su disposición. Espero que Zapatero no llegue a maltratarlas. A algunas les da por llorar, a otras por gruñir.