No cabe duda que en Castilla y León sigue habiendo muchas estupideces dignas de risión. Una de ellas es la estructura jerárquica de las Consejerías del Gobierno autónomo. Jamás los profesionales de las distintas ramas habían comprobado mayor indignidad, abuso, dejadez y miserable servidumbre alrededor del presidente de la comunidad autónoma más despoblada de España.
Hasta tal punto llegan las barbaridades observadas que no es fácil ver ‘curritos‘ de diferente estamento tomando café o contribuyendo a mejorar un proyecto.
Aún recuerdo cómo a una auxiliar administrativa le prohibió un alto cargo político que se dirigiera a él sin pasar por ‘su‘ jefa del servicio. Cuando me refiero a ‘su‘ jefa del servicio, no me estoy refiriendo al WC ni al señor o señora que lo adecenta, sino al habitual cargo que hay por debajo de los directores generales.
Desde aquella época, tengo muy claro el famoso dicho popular respecto a que «los políticos son como los libros de una biblioteca, los que más alto están son los que menos sirven».
Sírvanos como ejemplo el gráfico que presentamos arriba. Estamos seguros que quien lo diseñó lo hizo pensando en la Junta de Castilla y León.