No está de más que el líder del PP en el País Vasco recuerde al partido socialista de López que la negociación no puede ser el camino. De lo contrario, “se quedará solo”, pues supondría inclinarse por Batasuna y el entorno abertzale, en vez de apoyarse en quienes defienden sin ambigüedades la lucha antiterrorista y la necesidad de acabar con la banda asesina.
El recordatorio lo ha hecho el líder del PP en un buen momento, una vez que se ha conocido el contacto de uno de los mediadores del Gobierno, durante la última tregua-trampa, con la Fundación suiza, Henri Dunant. También ha sido buen momento, por parte de Rubalcaba, para recordar que “no volverá a darse una situación igual”.
La diferencia entre una opinión y otra es que el Gobierno ha perdido credibilidad, incluso entre los suyos, porque ha actuado en reiteradas ocasiones como ‘Pedro respecto al lobo’. No hay más que recordar el compromiso de Rodríguez Zapatero, tras el atentado en Barajas: “se rompe todo contacto negociador”. Y, sin embargo, volvió a engañarnos. A éste Gobierno se le ha olvidado dibujar, o tal vez no aprendió nunca. Y no ha aprendido o ha olvidado dibujar, porque “dibujar es la sinceridad enmascarada en una pirueta”, en palabras de Claude Serre.
Los miembros de la Fundación Dunant que han entablado nuevos contactos, deberían apuntar para otro sitio. Bastante daño ha hecho ya la citada Fundación. Y si el contacto era un mero servicio y el interés por el tema al haber estado implicada en los contactos anteriores, lo mejor es que se olvide del tema. Ni están obligados a nada ni “concernidos por el tema” ni es precisa su “cortesía” profesional.
Los representantes del Gobierno no pueden seguir ‘bailando el agua’ a esta Fundación, y menos después de la atropellada gestión que llevaron a cabo. Es más, quienes luchamos y trabajamos contra el terrorismo en España, en silencio y en la sombra, deberíamos pedir a la Fundación Henri Dunant la urgencia de correr a gorrazos a cualquier ‘pardillo’ que intente una nueva negociación entre el Gobierno Rodríguez y la banda asesina. Ese debe ser el protocolo del mediador suizo. ¡Ya está bien de bromas de mal gusto y mayor disgusto!
Ni se puede ni se debe crear expectativas en la banda. El camino es de sobra conocido: los medios disponibles en el Estado de Derecho. No son necesarios mediadores proclives a la banda; hay que ser muy ignorantes para pensar que la banda terrorista tiene “presos políticos” encarcelados en España. Y la Fundación suiza ha llegado a creerlo, lo cual le desprestigia más. Precisamente la buena relación de la Henri Dunant con el entorno de Arnaldo Otegi ya es un motivo para ponerse en guardia y sospechar cualquier tipo de jugarreta.
Y como alguien tiene que advertir de ciertas maniobras, cuando éstas no son dignas ni éticas, pues no está de más que el líder vasco del PP se adelante a las posibles tentaciones de Pachi López, Rodolfo Ares, Pérez Rubalcaba o Rodríguez Zapatero. Hemos perdido una vez y, precisamente por eso, hemos aprendido. No sería de recibo que, quienes transitaron el camino de la despreciable negociación con Eta, volvieran a recorrerlo, creando más daño y angustia a las víctimas y a sus familias e incrementando el desprecio a la ciudadanía de bien.