El histórico Partido Nacionalista Vasco nada tiene que ver con aquel que muchos estudiábamos en nuestros años de juventud. Ha pasado de ser admirado a ser sospechoso en muchas de sus actuaciones. Poco a poco van surgiendo pruebas contundentes de lo que muchos hemos denunciado durante años.
El PNV debe su imagen a la existencia de ETA y su entorno. Sin la violencia callejera y sin la existencia etarra, el Partido Nacionalista Vasco y su altavoz callejero quedarían relegados a lo que en otras comunidades autónomas son los partidos minoritarios o testimoniales.
No olvidemos que siempre ha permanecido cercano al mundo abertzale, unas veces por miedo, otras por interés y otras porque el partido que tanto tiempo gobernó en el País Vasco hacía muchos años que había perdido el norte para gobernar. Se apoyaba en ETA, porque le permitía recoger las nueces que necesitaba para seguir en el poder.