Medrano, Tomás Villanueva y Mercedes Coloma
La presunta sorpresa de Valladolid no lo es tanto para muchos. Desde hace tres semanas sabíamos que Coloma estaba interesada en la poltrona de Villanueva. Pero no se atrevió a decírselo a su presidente, aunque lleva recabando avales desde que el presidente provincial de la derecha pucelana, Tomás Villanueva, anunció su intención de alejarse de la primera fila del partido en Valladolid y de la Junta de Castilla y León. Coloma lo tiene muy complicado con Ramiro Ruiz Medrano, ínclito presidente de la Diputación vallisoletana y cuya aceptación e imagen está muy por encima de la del todavía presidente regional, Juan Vicente Herrera Campo.
No descartamos su renuncia a la Consejería de Economía e Industria. El ‘caso Lasarte’ ha sido la prueba de que no controla como se creía, además de haberle dejado inutilizado para la política activa. Y si a ello se une que puede ser el consejero de Industria que cierre RENAULT, entonces estamos ante la primera rata que abandona el barco cuando éste se hunde.
Tampoco se descarta, como aseguran sus cercanos, que desde Presidencia podrían haberle recomendado al todavía presidente vallisoletano que no presentara candidatura a la presidencia provincial; sin duda es el presidente provincial del PP peor visto en las provincias de la comunidad. Que se lo pregunten al PP leonés y, particularmente, a Isabel Carrasco. Muchos de sus cercanos tiemblan desde hace semanas, por si van al paro o a la intemperie. De lo que no tenemos duda es de que quienes apoyan a Mercedes Coloma se verán en breve con el taparrabos y poco más.
Es fácil observar y comprobar la cantidad lametraserillos que se acercan a Ramiro Ruiz Medrano. Los que están, porque quieren continuar con sus prebendas y calentitos de poder. Y quienes no están, porque pretenden estar y que echen a todos los que llevan ‘mamando’ la política parda de Juan Vicente Herrera. Por cierto, el primer presidente de comunidad a quien muchas Fundaciones, instituciones, sindicatos y partidos políticos han declarado tolerancia cero contra sus políticas de prensa y foto, pero inservibles para la ciudadanía.
