¡Hay que frenar el abuso sindical!
Sólo piensan en hacer huelgas y fastidiar al personal. Cuando llegan estas fechas se plantan y se muestran dispuestos a ‘montar’ huelgas en RENFE y en los Auropuertos.
España ya se cansa de los sindicatos de clase, verdaderos envenenadores sociales. Los trabajadores ya no creemos en ellos. Son simples aprovechados y fábricas de liberar gente que quiere desconectar del trabajo. Y, por si no es suficiente, sabedores de que han perdido toda credibilidad y confianza, instruyen piquetes en momentos de tensión, amedrentando a los curritos de a pie.
Por suerte, y para regocijo de los viandantes, en la última huelga general conseguimos tirar a dos piquetes al río Pisuerga, –en la capital castellana, que no leonesa — a primera hora de la mañana. Todavía no sabemos si habrán salido del río o seguirán nadando, después de varios años. Pero fue una diversión en toda regla y un buen ejemplo que debe ser imitado en ocasiones sucesivas. Es acorde que contra la ilegalidad que representan los piquetes, se les mantee, corra a gorrazos o arroje al río. Solidaridad por solidaridad, comprensión por comprensión, reacción por reacción.
Por cierto, aprovechando que vamos a abrir el melón de la Constitución, no estaría de más revisar todo lo relativo a los sindicatos. En el siglo XXI no tienen sentido los sindicatos de clase, y menos en las sociedad desarrolladas, como no tiene sentido el comunismo y otras ideologías baratas o a la intemperie.
En fin, los que viven como Rajás son los de la foto de arriba. Currar, no currarán; pero cara y espalda tienen para dar y tomar. Al fin y al cabo son «sindicatos del Gobierno», como les llaman los estudiantes. En la próxima huelga general, los trabajadores deben proponerse ‘hacer los perrillos’ a los piquetes y demás representantes sindicales. Para muchos trabajadores solo representan al sindicalismo de chisquereta. Siempre más centrados y honrados los sindicatos sectoriales. Pues eso. ¡Manda h…..!, que dijo el otro.