Durante semanas Mariano Rajoy se ha mantenido callado. Tal vez excesivamente callado. Ese silencio del presidente del Partido Popular no era el resultado de una estrategia, sino de muchas negativas y de la insensatez de haber intentado desmontar lo que, pasado el tiempo, se ha convertido en realidad. Muchos miembros del partido le han dado una respuesta semejante a la de Eduardo Zaplana y el abulense, Angelito Acebes.
Sin duda, la insensatez a la que nos referíamos es el intento de cercenar las esperanzas de los castellano-manchegos. No conforme con perder el control del partido durante semanas, Rajoy ha intentado atraerse a su equipo a Dolores de Cospedal, lo que ha indignado en esa comunidad.
Una prueba de cómo la ven en Castilla La Mancha es que hace unos días recibíamos en nuestra bitácora el siguiente comentario: “Es sobrehumana, no sé de dónde saca tanta fortaleza física, emocional y mental para estar en todos sitios, a todas horas y peleando contra la tela de araña que existe en Castilla La Mancha. Es un monstruo político en plena eclosión”. Lo más difícil de entender es que Mariano Rajoy pretenda ‘malvestir’ un santo, desvistiendo otro.
Es impropio de la honradez de Mariano Rajoy su excesivo egoísmo por asegurarse una personal “guardia pretoriana”, a sabiendas de que desmantelaba una de las mayores ilusiones de muchos de sus afiliados. Y prueba de ello es que Cospedal era consciente de ello, lo que le hizo dudar mucho antes de aceptar. En Dolores de Cospedal han volcado sus esperanzas, condenados – como han estado – a ‘tragar’ socialismo legislatura tras legislatura por la presencia incombustible de José Bono y las actuales tragaderas de Barreda.
Si el recién elegido presidente del PP cree que ya está resuelta la crisis del partido, con la finalización del congreso valenciano, está muy equivocado. Abusivamente, parte de su entorno ha sembrado excesivo malestar en un intento de atrincherarse y asegurarse los favores del líder y las prebendas del partido.
El Partido Popular sale muy dividido de su último congreso. Numerosas ‘familias’ han entrado en pugna. El malestar se ha apoderado del PP y miles de afiliados han solicitado su baja. El número de ‘aznaristas’ ha crecido, al igual que los seguidores de Aguirre se mantienen en sus trincheras. “Con Rajoy es imposible” y no solo es campaña. Hay un desierto que atravesar y no están las cosas como para dar un paso atrás. Aznar siempre fue partidario de no dar un paso atrás ni para coger impulso. Y por si era poco, da la impresión de que don Manuel Fraga se afianza. ¡Caramba con renovación ‘pepera’!
Tampoco ha puesto paz Rajoy en las comunidades autónomas, ni ha mejorado en votos de apoyo en el congreso. Antes o después Rajoy deberá aprender a barrer los ‘desperdicios’ que aún quedan en su partido. Hay muchas situaciones que no se pueden entender, como es mantener a José María Lassalle al frente de su gabinete, sabiendo que ha sido uno de los principales artífices del maltrato a María San Gil, junto con el diputado Soria. Ni siquiera siempre bienvenida imagen de Mari Mar Blanco logrará hacer olvidar a San Gil. Mariano Rajoy no ha jugado limpio y sí con claro egoísmo.
Apenas han transcurrido horas desde el fin del congreso y ya hay quien está haciendo la tradicional pregunta: “¿Qué hay de lo mío?”. ¡Pobre Rajoy, no le arrendamos las ganancias!
Jesús Salamanca Alonso