Padres y madres del AMPA del Colegio «Margarita Salas» piden la dimisión de la directora provincial de educación de Valladolid
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Lucha por la calidad educativa
Sorprende oír hablar de masificación en un colegio público en estos tiempos, sobre todo en comunidades como Castilla y León, donde solo la llegada de inmigrantes ha conseguido paliar el permanente declive de natalidad y la pérdida de población. A pesar de ello no se ha cambiado la tendencia, por lo que la comunidad, a pesar de ser la más extensa, sigue siendo la más envejecida y la menos poblada.
Esa masificación es consecuencia de un claro desequilibrio poblacional, también característico de estas tierras que continúa presidiendo el gran desconocido, Juan Vicente Herrera. Tal desequilibrio también suele ser fruto de la falta de planificación. Y ahí es donde debe incardinarse el problema surgido en el Colegio “Margarita Salas” de La Vega.
Con la problemática surgida, estamos ante una clara pérdida de calidad educativa. La Asociación de Madres y Padres del Alumnado lo tiene muy claro y así lo ha manifestado, por lo que ha cogido ‘al toro por los cuernos’ y está dispuesta a dar batalla ante lo que considera una “decisión arbitraria e injusta”; máxime cuando los progenitores entienden que la Administración periférica se salta a la torera la normativa emanada de la Junta de Castilla y León.
El problema acaba de empezar y, desde diferentes instancias, están muy interesados en que se divulgue al máximo. Todas instancias coinciden en que no se han adoptados las medidas precisas en su momento. La solución es muy sencilla y, sin embargo, se ha hecho un problema de una necesidad, algo muy habitual en la Administración cuando a ella accede el Partido Popular.
La situación ha hecho que la Asociación de Madres y Padres haya recurrido contra la Dirección Provincial de Educación, con el fin de impugnar la lista de admitidos del primer curso de infantil. Lo que está claro es que no se debe confundir un colegio con un recogedero de niños y niñas. Padres y madres lo tienen muy claro y es de suponer que también la Administración periférica, pero…
Otro aspecto que tampoco acaba de entender la población es cómo se puede admitir a setenta y cinco niños y niñas (así no se enfada la “miembra” del Gobierno de Rodríguez) donde sólo hay cincuenta plazas. Como de costumbre se culpará a los padres, o a la oposición, para que quien está ahora ‘con el culo al aire’ quede en buen lugar. Nosotros nos preguntamos ¿dónde queda la libertad de elección de centro en unas condiciones dignas? ¿O hay que adaptarse a lo que diga y exija la Administración?
Ante la problemática creada, los padres y madres del alumnado del colegio mantienen su desacuerdo con la Dirección Provincial por haber asumido funciones que corresponden al Consejo Escolar, como es el caso de la publicación de listas de escolarizados. Lo cierto es que entre las competencias del Consejo Escolar se encuentra “decidir sobre la admisión de alumnos con sujeción a lo establecido en esta Ley (se refiere a la LOE) y disposiciones que la desarrollan”.
La opinión más extendida entre los padres y madres (¿a que vamos aprendiendo, ministra Bibiana y “miembra” del Gobierno?) es que están en lo cierto y llevan razón; incluso consideran que la Administración educativa pone unas condiciones excesivamente duras. Y ya se sabe lo que decía Napoleón: “Imponer condiciones excesivamente duras es dispensar de su cumplimiento”.
Cada vez hay más cuestiones educativas que en el mundo de la comunicación nos cuesta entender: desde el fallo de las diplomacias hasta oír decir a la presunta autoridad educativa que el director que resuelve los problemas de su centro y asume compromisos con decisión es un “director peligroso” (sic). ¿Alguien se imagina el ‘descojono’ de la redacción de un periódico (omitimos el nombre), cuando el afectado contó el caso con todo detalle, incluyendo a quienes estaban presentes en la conversación?
Lo que está muy claro es que la Asociación de Madres y Padres del Alumnado no pierde el tiempo. Ha pedido la dimisión de la directora provincial ante la esperpéntica situación creada y la falta de compromiso real. No entramos en tal valoración, porque en la ‘finca de Juan Vicente’ las represalias suelen llegar disfrazadas de manera diversa. Al menos, y con más diplomacia, el abuelo ‘Patxi’ lo hacía a las claras enviando un motorista.
Acostumbraba a decir Carlo Goldoni que “si falla la diplomacia es conveniente y necesario recurrir a la mujer”. Y de paso, aunque ya es cosa nuestra, si Juan Vicente Herrera tomara cartas en este problema concreto no estaría de más. Mejor resolver un problema de este calibre que seguir haciendo el papel del churrero.