La población autóctona se está renovando

ABANICANDOTE, ABANICÁNDOME

Rafael Guijarro
La bomba será el día en que el president de la Generalitat sea un negro, pero negro, negro, como pasa ahora con Obama en Estados Unidos: el hijo y nieto de esclavos, resulta que sale elegido presidente y que si te pones tonto con él, te manda un drone con un misil que te entra por la ventana y te deja fly, después de haberte escuchado todas las conversaciones y saberlo todo de ti.
Pues lo mismo en Cataluña. Todos somos iguales y ¿por qué no va a haber un catalán negro que acabe de president del Govern en cuestión? Catalanes de los de siempre cada vez hay menos y envejecen a toda mecha como el resto de los españoles. En cambio, los negros están ahí en la verja de Melilla, jóvenes, ardorosos y dispuestos a comerse el mundo en cuanto les dejen. De hecho ya hay una buena cantidad a este lado de la frontera, viviendo y trabajando aquí y perfectamente censados para votar.
La cosa puede pasar, no de hoy para mañana, pero ya se está diciendo que toda España, incluida Cataluña, está envejeciendo y que no va a haber para las pensiones, mientras que los africanos, los asiáticos y algún que otro emir o algún ruso, quieren venir a la península, instalarse, tener hijos, hacer negocios y pasarlo bien.
Parece de lo más normal que suceda en otros ámbitos, como el deportivo. Se hacen lenguas de que la final de la Champions será por primera vez con dos equipos de la misma ciudad. Pero ¿quién es de Madrid en el Madrid y/o el Atleti? La mayoría de los jugadores han venido de otras partes, porque son mejores, más jóvenes y corren más y mejor que los madrileños a los que se pudiera recurrir. Son madrileños los dos presidentes: Florentino y Enrique Cerezo, eso sí, pero uno está hipotecado con los Emirates y el otro con Azerbaijan; y, si se diera el caso, a lo mejor venden los equipos al típico magnate de esos países, y se van para su casa con la manteca contante y sonante.
El Barça de Messi e Iniesta, tampoco es más catalán de lo que podría ser la Moreneta, que se la trajeron de Francia los monjes en el siglo XI para sustituir a la virgen autóctona que existía, según parece, desde el siglo VII, y montar todo el perifollo de Monserrat donde antes había sólo una ermita. Así que las cuestiones identitarias tienen muchas vueltas y revueltas; y si tú dices 1714, otros se pueden remontar a los fenicios, o decirte que Neymar se hará catalán por el buen puñado de euros que le han puesto en mano. Alguno ya se ha nacionalizado, y no será el primero ni el único.
A lo mejor la virgen de Monserrat es la Moreneta, en previsión de que estos catalanes de ahora dejen paso a los auténticos que están por venir, de tez más oscura, más parecida a la Virgen, y que serán africanos, asiáticos o neozelandeses, lo que sea, que se instalarán aquí y sacarán esto adelante, eso si, pagándole la pensión a los viejecitos que vayan quedando.

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