rincón de cine: ‘La vida de Pi’

Aunque pueda resultar sorprendente, el personaje de Dios es el que más brilla en esta película. El otro personaje es el mundo creado por El, la realidad: las cosas, los animales, el mar, la gente; esa realidad que participa e interviene en la vida de todos, cambiándola para bien o para mal, conforme avanza la acción.
Es la mirada de Ang Lee, el director del filme, la que sabe recrear ese lugar maravilloso en el que las personas vivimos, nos peleamos y/o tratamos de sobrevivir, entre otras personas, animales, naufragios, tormentas, tempestades, o días de sol.
No hace falta saber de cine, ni de nada, para disfrutar de esta película irrepetible y sublime, en la que Lee consigue mostrar bellisimamente el misterio de lo que hay ahí, lo que Dios ha creado, lo que está presente en nuestras vidas a cada momento, sin que a veces sepamos darnos cuenta.
Se trata de un viaje desde India a Canadá de los propietarios de un zoo, que se van con los animales cuando les incautan el terreno y les obligan a marcharse de allí. El viaje sirve para ver cómo pasa todo, hasta lo más increíble de la supervivencia de un hombre y un tigre de Bengala en un bote salvavidas.
Pero da igual que pase eso u otra cosa; no hace falta creer en lo que está sucediendo; basta contemplarlo para percibir la maravilla de este mundo poblado de seres vivos, animales, plantes, peces, que conviven o se pelean sin que puedan destruirlo, y sin que puedan finalmente destruirse, al verse obligados a convivir con lo que puede resultar distinto a uno mismo, pero completamente necesario.
La naturaleza tiene espesor y da espesor a quienes la habitan; no es una superficie de buenos y malos empeñados en imponer su criterio unos a otros, con mayor o peor fortuna, sino el lugar pensado para que aprendamos a convivir y a respetarnos unos a otros, magníficamente retratada con todo su esplendor en esta película, tan desconcertante para la mirada habitual con la que nos han enseñado a ver las cosas y a vernos a nosotros mismos..
En medio de tantas películas de falsa violencia, de imposturas, asesinatos o persecuciones, que parecen más pensadas para sobresaltar continuamente al espectador, esta ‘La vida de Pi’, parece diseñada para sentir la vida que todos llevamos dentro, con sus contradicciones y momentos difíciles, pero también con la alegría que provoca una vida vivida en plenitud, dentro de las posibilidades que Dios le concede a cada uno, para que disfrute lo que sea capaz de asimilar uno mismo. No se puede decir más: hay que verla.
(publicado en Padres y colegios)

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