Archivos por etiqueta: Barack Obama

Catita, editora de la revista Time

Acabo de encontrar en la cocina este ejemplar de la revista Time. En la portada aparecen unos sonrientes Barack Obama y Ronald Reagan. El titular dice: «Why Obama loves Reagan». Un momento. ¡Hay unas palabras escritas a bolígrafo entre el «Why» y el «Obama»!  Alguien insertó un «does» escrito a mano. ¿Quién habrá sido?, me pregunto. Investigo un poco. No fue Catalina. Tampoco fui yo. Andrea no sabe escribir. Así que tuvo que ser Catita. Pero no me lo creo.

– Catita, ¿tú escribiste en la portada de Time?

Me mira algo atemorizada. Quizás piensa que le voy a castigar. Pero finalmente lo admite.

– Sí papi, fui yo. Pero es que estaba mal escrita. No se dice «Why Obama loves Reagan» sino «Why does Obama love Reagan?».

Me río y me siento orgulloso a la vez porque, aunque la expresión en la portada de Time es correcta, mi hija se estrenó como editora de una de las revistas más famosas del mundo.

La canción de los colados en la Casa Blanca

Acabo de descubrir que la canción sobre los dos colados en la Casa Blanca la escribió hace bastantes años un popular grupo musical español. Eso sí que es ser visionario.

Acoplados en la Casa Blanca

Estoy a punto de bajar persiana pero una noticia de última hora capta mi atención. Una pareja de Virginia, Michaele y Tareq Salahi, se coló sin invitación en la primera cena de estado de Barack Obama en la Casa Blanca. Ayer os daba el menú. Lo de hoy es la guinda del pastel.

La noticia ya es un escándalo que pone en entredicho la seguridad del presidente. ¿Qué hacían esos dos allí? Mis primeras conjeturas apuntan a que la pareja se enteró del menú a través de este blog y no resistió la tentación de probar la «Arúgula de la Casa Blanca con vinagreta de semilla de cebolla».

Pienso que acoplarse a una fiesta tiene sus ventajas. Por ejemplo, uno puede vestirse de forma zarrapastrosa sin erosionar su status social. Nadie te conoce. Por ese mismo motivo, también se puede engullir hasta perder el conocimiento. No habrá tribunal inquisidor que te censure. Y echándole hilo a la cometa, alguno con más dureza de cara que el corindón en la escala de Mohs puede incluso convivir con los anfitriones como si fueran amigos de toda la vida. Los convidantes sí tienen que guardar la compostura y antes que montar un numerito achacarán el desconocimiento a la falta de memoria.

En fin. A esta hora, todos se preguntan cómo pudieron acoplarse a semejante cita sin invitación, birlando los controles de seguridad y sacándose fotos con la flor y nata de la política estadounidense. Yo, sin embargo, lo que me pregunto es cómo estaba la arúgula con vinagreta de semilla de cebolla.

Para comer como un presidente

(Foto de Tracy Hunter)

Anoche, Barack Obama dio su primera gran cena de estado. Fue para agasajar al primer ministro de la India, que le vino a visitar a la Casa Blanca. Os paso el menú para que, si algún día estáis de buen ánimo, os deis este homenaje:

Ensalada de patata y berenjena
Arúgula de la Casa Blanca con vinagreta de semilla de cebolla.
2008 Savingnon Blanc, Modus Operandi, Napa Valley

Sopa de lentejas rojas con queso fresco
2006 Riesling, Brooks «Ara», Wilamette Valley

Dumplings de patata asada con chatni de tomate
Garbanzos y okra o langostinos al curry verde con salsifie caramelizada y berza ahumada con arroz basmati añejado en coco.
2007 Granache Beckman Vineyards, Santa Ynez, CA

Tarta de calabaza
Tarte tatin de pera

Nata y salsa de caramelo
Chardonnay espumoso, Thibaut Janisson Brut, Monticello, VA

Petits fours y café
Crocante de anacardos
Praline de nueces
Gelatina de maracuyá y vainilla
Fruta cubierta de chocolate

¿Y quién es el responsable de pergeñar semejante ágape? El chef Marcus Samuelsson, dueño del restaurante escandinavo Aquavit, en Nueva York. Si queréis, podéis intentar algunas de las recetas a las que incluyo enlace. Si no quedáis satisfechos, siempre está la posiblidad de escribirle a Samuelsson para pedirle la receta exacta. Los menos aventureros podéis iros al Ikea a comer unas albóndigas suecas, que también están muy buenas.

Lo que el mundo nunca sabrá sobre el Nobel de la Paz

(Un grupo de malawinos, felices después de firmar el armisticio tras leer una de mis anacrónicas. Foto de Khym54)

La concesión del Nobel de la Paz a Barack Obama ha sorprendido a mucha gente, entre la que me incluyo. Y me explico. En un principio no pensaba contar esto, pero en vista de todo el revuelo que se ha montado prefiero confesar y ser transparente.

Durante la madrugada del viernes recibí una llamada que me sobresaltó en mis sueños. Era una voz ininteligible que trataba de comunicarme algo nerviosamente. Yo no entendía nada. Y así se lo hice saber al interlocutor, que le pasó el teléfono a otra persona que empezó a hablar en inglés (horas más tardé caí en la cuenta de que la primera voz me habló en noruego). Me dijo que era del comité del Nobel de la Paz, y que yo era el ganador del premio de este año.

Pensé que era una broma, pero luego me explicó que me concedían el honor por «haber contribuido a hacer del mundo un lugar más agradable a través del humor de las Anacrónicas de Allendegui; concretamente, se le distingue por haber evitado una guerra entre dos etnias de Malawi que firmaron un armisticio después de leer una de sus anacrónicas».

Aunque muy halagado, le contesté que declinaba el premio porque para mí eso no era mérito suficiente, y que quizás, cuando una anacrónica terminara con el conflicto en el Medio Oriente, entonces me lo pensaría. El individuo en el teléfono se quedó mudo, y me colgó.

Horas después leía en Internet que le otorgaban el premio a Obama. ¿Por qué no hizo lo mismo que yo?

Los mejores libros para leer en la cárcel

(Foto de Tim Pierce)

Leo a través del Huffington Post una entrada del blog de Juan Cole, Informed Comment, sobre la biblioteca del centro de detención de Guantánamo. Lo primero que me llama la atención es el gran fondo con que cuenta: 13.500 libros para 229 reclusos. Y lo segundo, que los tres más solicitados sean:

1. Las novelas de Harry Potter.

2. El Quijote.

3. Dreams of my Father, de Barack Obama.

¿Por qué esos tres? Me da que pensar. Mi intuición es que con el cambio de gobierno en Estados Unidos, Obama envió 13.492 copias de su libro a Guantánamo para cerciorarse que todos los presos se lo leían. Los siete libros de Harry Potter son para que los presos sigan soñando. Y el Quijote, para que se acuerden de Cervantes y lo que tuvo que sufrir preso en Argel durante cinco años sin biblioteca alguna, y así vean lo misericordiosos que son en Guantánamo.

Aprovecho y os lanzo la pregunta.Si tuviérais que ir a la cárcel, ¿qué tres libros os llevaríais?

Ser padre según Obama (dedicado a todos los papás)

(Foto de Qole Pejorian)

Este domingo se celebra el «Día del Padre» en Estados Unidos, un día doblemente especial para el presidente Barack Obama. Primero, porque es padre de dos niñas (como yo); y segundo, porque su padre lo abandonó cuando él tenía dos años. Quizás por ello tenga una sensibilidad especial para escribir el ensayo que publicará publicó el domingo la revista Parade. Algunos fragmentos del texto ya se han difundido. Estos son algunos fragmentos. Al leerlos, se me hace un nudo en la garganta.

«En muchas formas, he comprendido la importancia de la paternidad a través de su ausencia, tanto en mi vida como en las de otros. He comprendido que el hueco que deja un hombre que abandona su responsabilidad con sus hijos no lo puede llenar ningún gobierno. Podemos hacer todo lo posible por proporcionar buenos trabajos y escuelas, y calles seguras a nuestros niños, pero nunca será suficiente para llenar ese agujero».

«Necesitamos padres que actúen, que se den cuenta de que su labor no termina con la concepción; que lo que te hace hombre no es la capacidad de tener un hijo sino el valor de criarlo».

«Tenemos que apagar la televisión y empezar a hablar con nuestros hijos, y escucharles, y entender lo que pasa en sus vidas».

«Hubo muchos días en la campaña que sentía que mi familia estaba a millones de kilómetros, y sabía que me estaba perdiendo momentos de las vidas de mis hijas que nunca volverían. Es una pérdida que nunca terminaré de aceptar».

«En este día del padre, me acuerdo del día en que volví a casa con Michelle y con Malia recién nacida después de salir del hospital hace casi 11 años, conduciendo lentamente, muy por debajo del límite de velocidad, sintiendo en mis manos el peso del futuro de mi hija. Pienso en la promesa que le hice aquel día: que le daría lo que yo nunca tuve.. que si pudiera ser algo en la vida, sería un buen padre».

Obama sí mataría una mosca

Puede que Barack Obama quiera paz para todo el mundo y que rechace la violencia, pero de ahí a que no mate ni una mosca, eso no me lo creo. La imagen vale más que mil palabras.

El sobre rojo

Estaba sentado en el último banco de la iglesia cuando se me acercó una señora setentona, de rostro enjuto, piel blanquísima y ojos claros. Llamó mi antención y de una bolsa de plástico color verde botella sacó un sobre rojo manuscrito. Me lo entregó. «Lealo por favor», dijo mientras esperaba de pie a que terminara de leerlo.

El anverso del sobre decía:

«Presidente Barack Obama

The White House

1600 Pennsylvania Ave.

Washington D.C 20500»

En el reverso ponía lo siguiente:

«Este sobre representa a un niño que murió en un aborto. Está VACÍO porque esa vida no pudo ofrecer nada al mundo. La responsabilidad comienza con la concepción. A usted le dieron el derecho a la vida. Por favor, deje que todos los no nacidos reciban ese don precioso de DIOS».

Cuando terminé de leer, levanté la vista y ella me respondió con una sonrisa bondadosa.

«Si está de acuerdo, no tienen más que ponerle un sello y su remite, y envíelo así, como está, vacío».

El periodismo según Obama

Foto de HeavenlyCabins

Ayer sábado tuvo lugar la tradicional cena de la Asociación de Corresponsales en la Casa Blanca, la primera de Barack Obama en la presidencia. Como es costumbre, el presidente pronunció un discurso divertido, lleno de chistes y bromas que merecería la pena transcribir íntegramente, pero como no lo voy a hacer, simplemente reproduzco dos fragmentos que me gustaron. El primero, por su humor:

«En mis próximos 100 días seré tan exitoso que los completaré en 72 días, en el 73 descansaré».

El segundo, por su seria reflexión sobre el periodismo:

«Nos reunimos esta noche en un momento difícil para este país y para el mundo, pero también para el periodismo. Como otros negocios en este mundo global, ha visto grandes cambios en tecnología y comunicación que generan incertidumbre y ansiedad sobre lo que deparará el futuro. Hay  periodistas extraordinarios que han perdido sus trabajos, en los últimos días, semanas, meses. Sé que cada periódico y medio de comunicación lucha para hacer frente a estos cambios y algunos luchan por sobrevivir, y no será fácil. No todos los finales serán felices. Pero también es verdad que, en última instancia, su éxito como industria es esencial para el éxito de nuestra democracia. Es lo que la hace funcionar. Thomas Jefferson dijo una vez que si tuviera la alternativa entre un gobierno sin periodicos o periódicos sin gobiernos, no dudaría en elegir esto último. Claramente, Thomas Jefferson nunca tuvo televisión por cable a la que enfrentarse (risas), pero su punto esencial se mantiene.

Un gobieno sin periódicos, un gobierno sin unos medios duros y enérgicos no es una opción en Estados Unidos. Quizás no esté de acuerdo con todo lo que ustedes escriban o informen, quizás me queje, o más bien Gibbs se queje, de vez en cuando sobre cómo desempeñan su labor, pero lo hago sabiendo que cuando ustedes trabajan a su máximo nivel, también me ayudan a mí estar a mi máximo nivel. Nos ayudan a todos los que trabajamos por el pueblo estadounidense  a trabajar mejor, fiscalizándonos, exigiendo honestidad, impidiéndonos hacer las cosas como no se deben, y caer en juegos políticos fáciles de los que tan harta está la gente. Esa forma de hacer periodismo hay que preservarla, no sólo por su bien sino por el bien común.

Contamos con ustedes para entender un mundo complejo y contar las historias de nuestras vidas como suceden. Buscamos en ustedes la verdad, aunque siempre sea una aproximación… aunque (risas) Es una etapa de renovación y de reinvención. Eso es lo que tiene que aprender el gobierno, es lo que tienen que aprender las empresas y es lo que está haciendo el periodismo.Y cuando veo esta sala, y pienso en estos profesionales íntegros, cuyas preguntas he respondido todos estos últimos años, sé que no falta talento para enfrentar estos desafíos, o creatividad, o pasión, o compromiso. Tampoco le falta gente joven que destapa las noticias, ni gente no tan joven que sigue haciendo las preguntas más difíciles. Solo con estas cualidades no se resolverán sus problemas, pero demuestran que vale la pena resolver estos problemas. Y este es un buen punto de partida. Así que les doy las gracias, mi apoyo, y espero trabajar con ustedes y contestarles a ustedes y al pueblo estadounidense mientras buscamos una mayor unión en los meses y años que vendrán».

Si alguno lo quiere ver, aquí está el vídeo con el discurso íntegro.