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¿Sirve de algo lo que aprendiste en el colegio?

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Hoy pensaba en tantos conocimientos que he ido acumulando a lo largo de los años y que están olvidados en alguna estantería polvorienta del cerebro. Muchas lecciones aprendidas en el colegio que no he utilizado en mi vida.

Por ejemplo, reflexionaba sobre la palabra «decámetro», que memoricé con el sistema métrico decimal en la asignatura de Matemáticas. Jamás utilicé un decámetro, y sin embargo, ahí está, ocupando disco duro. O las discontinuidades de Repetti y Mohorovicié, que estudié en Ciencias Naturales y de las que nunca he podido constatar siquiera su existencia. O la Liga de Esmalcalda, un grumo de una clase de Historia que se quedó adherido a mi hipotálamo pero que hasta ahora ha sido inservible. O los pies ambulacrales de los equinodermos. ¿Para qué aprendí esos nombres tan estrafalarios que nunca se usan? Y ni qué hablar de los serventesios y las cuadernas vías.

En fin, un montón de detrito intelectual sedimentado en mi cerebro y protegido por las meninges, las tres hermanas: duramadre, piamadre y aracnoides. Por cierto, eso también lo aprendí en el colegio y no lo había utilizado hasta ahora… como las demás palabras en este post y que, ahora caigo en la cuenta, llevaban años esperando este día.

Las redes asociales

(Foto de Matt from London)

Ahora que están tan de moda las redes sociales se me ocurre una brillante alternativa que podría tener un gran éxito: las redes asociales. Sitios como Facebook, Twitter o MySpace han logrado atraer a millones de usuarios que disfrutan de la interacción social. ¿Pero qué pasa con los misántropos, la gente huraña que no quiere saber nada de los demás? ¿No tienen derecho a tener sus propias redes?

Por eso planteo crear una red asocial en la que los más ariscos puedan trabar contacto, entablar relaciones unidos por su aversión al trato humano. Así podrían intercambiar su rechazo visceral a cualquier nexo con los demás, o denostar la virtud de cordialidad o despreciar al alimón todo atisbo de afabilidad. Y los más antisociales de todos podrían regodearse no contestando al resto o vilipendiando a los más lenguaraces. Y así, todos serían felices: sociales y antisociales.

Nunca debí escribir este post

(Foto de Nebbish1)

Estoy sentado delante del ordenador, intentando escribir una entrada medianamente potable en un día en el que parece que no hay mucho que contar. Seguramente, lo que iba a contar ya lo contó algún otro bloguero en algún otro lugar del mundo, quizás en otra lengua. Tengo la teoría de que todo lo que se le ocurre a uno, ya se le ocurrió a otro o se le va a ocurrir pronto.

Por eso hay que escribirlo rápido antes de que ese desconocido se te adelante y publique la misma entrada que tú en su blog. Es una carrera contra el tiempo. Escribo compulsivamente, al borde de la falta de ortografía para que no me gane. Por otro lado, pienso que si no hay nada interesante que contar, es mejor no escribir nada… Pero, me vuelve la idea de que si no escribo esto, otra persona lo hará por mí, y se hará famosa por escribir un post vacuo y trivial que nunca debió haberse escrito.

¿Escribir o dormir?

(Foto de Hamed Saber)

Me gusta escribir y me gusta dormir. Ahora mismo tengo un dilema. ¿Escribiré o dormiré? Ante la duda, me dormiré escribiendozzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Como lágrimas en la lluvia

Por algún extraño problema técnico, este blog estuvo caído durante el fin de semana. Y es una pena porque precisamente este fin de semana tenía previsto escribir los mejores posts que jamás haya escrito. Ahora se me han olvidado, así que quizás jamás los escriba. Todos esos posts se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.

Fuga de cumpleaños

(Foto de Spoon)

Me escribe Bezu a través de Facebook felicitándome el cumpleaños. Dos líneas magistrales.

Esto del Facebook…, dejas de conectarte y se te escapan los cumpleaños… También tenía que tener cosas malas. Voy a recuperar la agenda de papel que nunca tuve.

Lo leo e imagino una jauría de cumpleaños aprovechando la desconexión de Bezu para fugarse. Como bien dice, lo peor de Facebook es no estar conectado.

Y la segunda línea es aún más metafísica y brillante. Recuperar la «agenda de papel que nunca tuve», un oxímoron sólo comparable al «muero porque no muero» de Santa Teresa.

¡Qué gran regalo de cumpleaños!

La gente no es tonta; le gustan las listas

(Foto de Kimmy Chau)

Publicar una lista en un blog es sinónimo de éxito. @gentedeinternet envió ayer el siguiente tweet: 101 libros para leer antes de morir y brillar en las reuniones sociales en Menéame http://menea.me/fy7h. El post en cuestión ya superó los 70 comentarios en su blog y los 370 meneos en Menéame (con más de 100 comentarios).

Tengo mi teoría del porqué de este éxito de las listas: a los hombres le gustan las listas porque no son tontos, y las mujeres las disfrutan aún más porque al leerlas paladean la palabra «lista» como si se la estuvieran diciendo a ellas mismas.

Yo, que también quiero triunfar en Internet con esto de las listas, querría inventarme una propia para hacerme famoso, pero soy incapaz de escribir una y voy a enumerar los cinco motivos:

1. Para que una lista sea lista de verdad tiene que tener un coeficiente intelectual superior a 100, y mi cerebro es normalito.

2. Siempre procrastino y nunca la tengo lista.

3. Esto de las listas es una memez.

4. No sé escribir.

5. Siempre se me olvida el quinto motivo.

El inglés holístico

Revisando mi cuenta de correo electrónico, encuentro en la carpeta de spam un mensaje titulado «Aprende inglés en forma natural». La duda me asalta. ¿Cómo aprendí yo el inglés? No me acuerdo. Quizás fue de forma artificial, y entonces todos los verbos y sustantivos que aprendí tienen hormonas y pesticidas. Este mail me interesa mucho. Sigo leyendo.

«Muchos nos preguntan: ¿cómo funciona el sistema de aprendizaje de inglés holístico?». Por fin. Llevaba meses sin dormir haciéndome la misma pregunta y nadie me la había podido responder. Porque yo conocía el inglés británico, y el inglés estadounidense y hasta el inglés australiano, pero el inglés holístico es un concepto nuevo. A ver qué mas dice.

«El aprendizaje holístico abarca todas las áreas de conocimiento, empleando en forma alternada ambos hemisferios cerebrales». Esto ya no me lo creo. Con los altos índices de desempleo que hay, por muy holístico que sea este método, no me trago que pueda emplear a los dos hemisferios cerebrales. Y si fuera cierto, seguramente serían empleos precarios con muy baja remuneración.

El mensaje termina diciendo «Grupos reducidos y ambientes purificados», bueno, eso sí me gusta porque si uno va a estar aprendiendo inglés en un grupo reducido, el olor axilar puede ser nauseabundo y todo lo que sea purificar el ambiente ayuda a aprender inglés.

Me queda una curiosidad. Abro el diccionario de la Real Academia.

holístico, ca.

1. adj. Fil. Perteneciente o relativo al holismo.

¿Holismo? Eso debe ser la afición a leer el Hola. Adiós.

Con amigos como los de Facebook…

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(Foto de Cell105)

El sábado estuve en casa de Paolo. Me contó que se acababa de meter en Facebook. IPhone en mano, me enseñó las fotos que había subido y nos hicimos «amigos virtuales». Celebramos con un brindis nuestra renovada amistad.

Antes de irme, recuperé mis llaves y mi billetera, que había dejado sobre la encimera de la cocina. Instantes después, y en un acto mecánico de despiste supino, cogí la otra cartera que estaba sobre la encimera, muy similar a la mía, con la diferencia de que ésta era de Paolo. Nos despedimos.

– Ci vediamo dopo!

Una hora después, al ir a pagar en una tienda, palpé mis bolsillos y caí en la cuenta de que había una cartera en cada uno. Las abrí. Una era de Paolo. La otra era mía. Volví a casa de Paolo para devolvérsela.

– Paolo, disculpa, me llevé tu cartera…

– ¿Cómo es esto? Te haces mi amigo en Facebook… y luego me robas la cartera.

No es para echarse flores

El sábado llegué a casa muy hambriento. Podría haberme echado cualquier cosa… incluso un ramo de flores, que fue lo primero que vi sobre la encimera de la cocina. Ya le iba a hincar el diente cuando vi una advertencia en el envoltorio que me disuadió de hacerlo.

Nota: Mejor comerse el pastel con forma de hamburguesa que me mandó Fede por e-mail.