¿Sirve de algo lo que aprendiste en el colegio?
Hoy pensaba en tantos conocimientos que he ido acumulando a lo largo de los años y que están olvidados en alguna estantería polvorienta del cerebro. Muchas lecciones aprendidas en el colegio que no he utilizado en mi vida.
Por ejemplo, reflexionaba sobre la palabra «decámetro», que memoricé con el sistema métrico decimal en la asignatura de Matemáticas. Jamás utilicé un decámetro, y sin embargo, ahí está, ocupando disco duro. O las discontinuidades de Repetti y Mohorovicié, que estudié en Ciencias Naturales y de las que nunca he podido constatar siquiera su existencia. O la Liga de Esmalcalda, un grumo de una clase de Historia que se quedó adherido a mi hipotálamo pero que hasta ahora ha sido inservible. O los pies ambulacrales de los equinodermos. ¿Para qué aprendí esos nombres tan estrafalarios que nunca se usan? Y ni qué hablar de los serventesios y las cuadernas vías.
En fin, un montón de detrito intelectual sedimentado en mi cerebro y protegido por las meninges, las tres hermanas: duramadre, piamadre y aracnoides. Por cierto, eso también lo aprendí en el colegio y no lo había utilizado hasta ahora… como las demás palabras en este post y que, ahora caigo en la cuenta, llevaban años esperando este día.