los ricos no quieren ser nuevos ricos

Mortimer intenta alguna habilidad para entender los modos que tienen los ricos para comunicarse, mayormente entre ellos. Por ejemplo, Zuckerberg, “el multimillonario fundador y máximo directivo de Facebook”, como se habla de él en la prensa, debe ser una persona con algunos problemas de identidad, pero que los lleva fenomenal. En la película que se hizo sobre su vida, quedaba claro que sus dificultades para ligar fueron el detonante que le llevó a Facebook, y así ese invento se convirtió en un fácil apoyo para los ligones que no encuentran con quién.
Luego, cuando triunfó, todo el mundo quería salir con él, porque había facilitado enormemente la posibilidad de hacerse una foto y que la vieran millones de personas, pinchar ‘me gusta’ y que quedara constancia inmediata de tus gustos, o convertirse en seguidor de tal o cual personaje, como si siempre fuera posible estar a su lado con sólo entrar en su perfil, a ver que era lo que se le había ocurrido ese día, y podérselo contar a todos/as, como primicia que todos/as ya se la sabían, porque también seguían al mismo personaje.
Ahora ya debe estar modulando ese frenesí de todos y todas, y ha decidido poner tierra de por medio con los demás. Está comprando las casas que rodean a la suya y se lleva gastados ya más de 30 millones de dólares en ello, después de haberse gastado los siete millones correspondientes en comprar la propia, para pasar a formar parte, como un vecino más, en el lujosísimo Palo Alto, California.
Y quiere que los vecinos de siempre sigan viviendo en las casas del alrededor que les ha comprado recién llegado, puede que para que no tengan problemas nunca más, como quiere él consigo mismo, después de su agitado contacto con los demás; y que si los tienen, no se les ocurra mudarse, no vaya a ser que vengan vecinos nuevos, tan nuevos ricos como él, y que sería una lata tenerlos cerca.

Comments are closed.