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La tarjeta más elegonte

Las tarjetas de presentación son pedacitos de papel que te dan los desconocidos para que te acuerdes de ellos algún día… si es que no las pierdes antes. Por eso me parecieron sublimes las de la empresa Lego. En lugar de papel, utilizan muñequitos de plástico con los rasgos de la persona en cuestión. Así es más fácil acordarse de ella. En la barriga, le colocan el nombre, y en la espalda, el correo electrónico y el número de teléfono. ¿A que no perderías una tarjeta así?

La incógnita de la salchicha

Sausage

Mientras el mundo está preocupado por cómo ayudar a las víctimas del terremoto en Haití, hay algunos más inquietos por temas más pedestres, como éste que encontré por casualidad en un foro de Yahoo en México:

¿ Por que si las salchichas bienen (sic) en paquetitos de 10, por que los panes de hot dogs bienen de 8 piezas ?

Una pregunta que puede llegar a quitar el sueño y a la que los cibernautas contestaron con buenas dosis de lógica y sentido del humor.

Puedes comerte las 2 salchichas sin pan o comprar mas pan =D
para que compres mas pan y salchichas.
Interesante, pero de repente los panecillos alargados no se han hecho en función de las salchichas y/o visceversa. Otra posibilidad uede ser obligarte a comprar dos bolsas de pan. Conozco personas que parten por mitad las salchichas, a lo largo así que el problema para ellos es más complejo
HOLIS..mira yo soy de argentina y aki las mas comunes vienen de a 6 igual q los panes…jejeje
¿Te animas a resolver el misterio?

Los cuervos cibernautas

Cheeky crow with bear

Cuervos y osos… ¿Quién no los confundiría?

Venía escuchando NPR en el coche y me cautivó un reportaje sobre la «guerra contra los cuervos» que libra el gobierno de Tokio desde hace 10 años. Contaban que la campaña empezó cuando uno de estos pájaros hostilizó al gobernador Shintaro Ishihara durante un campeonato de golf. Ishihara juró venganza y prometió convertir el pastel de carne de cuervo en el plato típico de la ciudad.

Al margen de lo anecdótico, la población de cuervos en efecto se ha multiplicado sin control en Tokio, y ha habido episodios de ataques contra personas. Algunos comparan la situación con la película de «Los Pájaros«, de Alfred Hitchcock. Además, estos córvidos causan apagones al colocar sus nidos en postes telefónicos y, muy espabilados ellos, han empezado a robar cables de fibra óptica para construir sus casas. Supongo que los cuervos también tienen derecho a Internet.

Explicaba la reportera de NPR que parte de la culpa de esta plaga de cuervos es el exceso de basura en la ciudad. Para mitigar el problema, se han instalado contenedores especiales anti-cuervo. Pero eso no soluciona la sobrepoblación, así que se han tomado medidas drásticas como colocar jaulas trampa en las que los cuervos entran atraídos por un cebo de manteca y quedan atrapados. Luego, los empleados municipales pasan a recogerlos cada tres días y los exterminan con gas.

Pero hay otra estrategia más ecológica y creativa para mantener a raya a los cuervos en Tokio. Consiste en colocar colmenas de abejas en las azoteas de los edificios. Al parecer, las abejas confunden a los cuervos con osos (el parecido es realmente asombroso) que los quieren atacar y por eso actúan con agresividad contra ellos.

Sin embargo, pienso yo, que cuervos y abejas deberían llevarse bien porque en el fondo los cuervos no dejan de ser avejas.

¿Colonos del Mayflower?

(Foto de Vladislav Bledrukov)

La semana pasada se celebró en Estados Unidos una de sus fiestas más importantes: el Día de Acción de Gracias. El cuarto jueves de noviembre, se recuerda la primera cosecha que tuvieron los colonos que llegaron de Inglaterra a Plymouth a bordo del Mayflower en 1621. A aquella gran fiesta acudieron también unos 90 indios nativos.

Hoy día es una fiesta que une a las familias, dispersas por todo el país, que se juntan para la famosa cena de Acción de Gracias en la que el pavo es el gran protagonista hasta que desaparece de las bandejas. Se calcula que más de 38 millones de estadounidenses viajaron este año 70 kilómetros o más para reunirse con su gente.

A sus cinco años, Catita ha absorbido estas tradiciones como una esponja. Tanto, que el viernes pasado me hizo una pregunta desconcertante:

– Papi, ¿nosotros también llegamos en el Mayflower?

10 Frases históricas que hubieran sido virales en Twitter

Egypt Pyramid Cheops and Nijat

Twitter es un invento relativamente nuevo, pero no puedo dejar de pensar en lo útil que hubiera sido para los antiguos. Frases potencialmente virales que tardaron años, incluso siglos en propagarse, se hubieran diseminado enseguida. Incluso a alguno Twitter podría haberle salvado la vida. Siglos atrás contaban con las palomas mensajeras, precedente directo de Twitter incluso en su similitud avícola. Pero no era lo mismo. Esta es una selección de frases históricas, todas ellas de menos de 140 caracteres, que se hubieran hecho virales ipso facto de haber existido Twitter en su día.

«Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad«, de Neil Armstrong al llegar a la Luna.

«Desde lo alto de estas pirámides, veinte siglos nos contemplan», de Napoleón durante su expedición a Egipto como primer cónsul. No hay nada como tuitear desde la cúspide de Keops.

«La suerte está echada», de Julio César al cruzar el Rubicón. El peligro hubiera sido que se le mojara el iPhone.

«Fui, vi y vencí», otra vez Julio César en un informe enviado a Roma tras conquistar Pharnaces y Zela, en Asia Menor, en solo cinco días.

«Venga, Sr. Watson, le necesito«, primera frase telefónica, que se hubiera podido tuitear perfectamente.

«Eureka!«, de Arquímedes al descubrir su principio. De haber tenido Twitter se hubiera ahorrado correr desnudo por las calles de Siracusa para proclamar su descubrimiento.

«Apártate que me tapas el sol«, respuesta de Diógenes a Alejandro Magno, cuando éste le ofreció todo lo que pidiera.

«Tierra a la vista«, gritada por Rodrigo de Triana, desde su atalaya en la Pinta, el 12 de octubre de 1492, al descubrir América. Si lo hubiera twiteado, los vikingos hubieran podido hacer un reply para decir que ellos la descubrieron primero.

«Hemos vencido», exhalada por Filípides después de recorrer 42.000 metros desde Maratón a Atenas para anunciar la victoria de los atenienses sobre los persas en la Primera Guerra Médica. Después de decirla, Filípides cayó muerto, exhausto. Si hubiera tenido Twitter se hubiera ahorrado la muerte.

«Otra victoria como ésta y estaré vencido«, del militar griego Pirro de Epiro tras ganar dos batallas en Roma pero con un alto costo humano.

Para comer como un presidente

(Foto de Tracy Hunter)

Anoche, Barack Obama dio su primera gran cena de estado. Fue para agasajar al primer ministro de la India, que le vino a visitar a la Casa Blanca. Os paso el menú para que, si algún día estáis de buen ánimo, os deis este homenaje:

Ensalada de patata y berenjena
Arúgula de la Casa Blanca con vinagreta de semilla de cebolla.
2008 Savingnon Blanc, Modus Operandi, Napa Valley

Sopa de lentejas rojas con queso fresco
2006 Riesling, Brooks «Ara», Wilamette Valley

Dumplings de patata asada con chatni de tomate
Garbanzos y okra o langostinos al curry verde con salsifie caramelizada y berza ahumada con arroz basmati añejado en coco.
2007 Granache Beckman Vineyards, Santa Ynez, CA

Tarta de calabaza
Tarte tatin de pera

Nata y salsa de caramelo
Chardonnay espumoso, Thibaut Janisson Brut, Monticello, VA

Petits fours y café
Crocante de anacardos
Praline de nueces
Gelatina de maracuyá y vainilla
Fruta cubierta de chocolate

¿Y quién es el responsable de pergeñar semejante ágape? El chef Marcus Samuelsson, dueño del restaurante escandinavo Aquavit, en Nueva York. Si queréis, podéis intentar algunas de las recetas a las que incluyo enlace. Si no quedáis satisfechos, siempre está la posiblidad de escribirle a Samuelsson para pedirle la receta exacta. Los menos aventureros podéis iros al Ikea a comer unas albóndigas suecas, que también están muy buenas.

El gran pollo

Buscaba una panadería y la única referencia que me habían dado era que estaba frente al «Big Chicken». ¿Big Chicken? ¿Qué referencia es esa? ¿Cómo voy a encontrar una panadería frente a un «gran pollo»?, pensaba yo. Doblé una calle, mire al cielo, y allí estaba. El Big Chicken.

Dentistas que te pagan para que no vayas

Se terminó Halloween y sólo quedan sus vestigios. En mi caso, o más bien en mi casa, se reducen a una caja llena de golosinas y chucherías que recogió Catita haciendo «trick or treating» por la urbanización. Es una caja inmensa. Me intimida un poco. La palpo y la sopeso. La tanteo y la pondero. Me entra la curiosidad. No resisto la tentación. Saco la báscula y la peso. Dos kilos y 100 gramos de M&Ms, Skittles, Crunchs, Twix…

¡Qué barbaridad! ¿Quién se comerá todo eso ahora? O peor aún. ¿Quién pagaría los dentistas de mis hijas si se comieran todas esas gollerías?

Bueno, ahí es donde entra la creatividad de los dentistas. Resulta que en este país, los dentistas ofrecen recomprar todas esas golosinas de Halloween por un dólar la libra. O sea, que en nuestro caso, serían cuatro dólares que nos pagarían para que en el futuro no tengamos que pasar por sus consultas.

¿Y qué hacen los odontólogos con todos esos dulces que compran? ¿Se los comen para que les salgan caries y así cumplan el refrán de «En casa de herrero cuchillo de palo»? Pues no. Se los envían a los soldados que están en Iraq y Afganistán para hacerles un poco más dulce el «tour de force», aunque luego les cueste una visita al dentista.

Si telerriba hubiera tenido este invento…

Leo que los japoneses, que lo inventan todo, acaban de sacar al mercado un aparato que graba palabras o frases y luego las reproduce al revés. El website dice que es adictivo. Yo no puedo dejar de pensar en aquel capítulo de Verano Azul en el que a todos les dio por hablar al revés y terminaron amargándole la vida al policía Barrilete (Telerriba al revés). Como se aprecia en el vídeo, a Chanquete le costaba un poco el proceso mental de inversión lingüística. Este regalo le hubiera encantado.

El bloguero y el mal de la toalla

(Foto de Mr. Freshtags)

Escribir y mantener un blog es como caminar por el desierto. Nunca he caminado por un desierto, pero me lo imagino. Uno empieza con entusiasmo, pero llega un momento en que el agua escasea, el calor aprieta y lo único que quieres es salir de ahí como sea.

A los blogueros nos pasa lo mismo. Con la presión de escribir cotidianamente, un buen día nos hartamos y nos dan ganas de clausurar el blog, de tirar la toalla. Por eso llamo a este mal, el «mal de la toalla».

Entonces colgamos un post en el que anunciamos nuestra despedida de la red, y luego los lectores, muchos o pocos, según el caso, se asustan, y nos ponen unos comentarios que nos alientan a seguir. Y seguimos. Y así superamos muchas etapas de aridez.

Yo lo sufrí en carne propia, pero lo superé gracias a las arengas de algunos lectores. J. también contrajo este mal y quiso enterrar su Canódromo, pero se soprepuso merced a un gol de penalti en el Trofeo Santiago Bernabéu. Ayer fue Ander el que cayó víctima del mal de la toalla, pero José Mari Yurrebaso salió al quite y, de momento, podremos seguir disfrutando de A topa Tolondro.

Todos los días hay un bloguero en apuros que necesita tu ayuda. Como hemos visto en estos ejemplos, el «mal de la toalla» tiene cura: un buen alegato de un lector (hale, gato, ¿os suena?) o una anécdota con sustancia. De los dos, yo me quedo con éste último remedio.

Una buena anécdota es lo que necesita un bloguero en crisis para salir a flote. Es como un crédito de banco que te permite coger carrerilla y tirar p’alante. Así que lectores, haced acopio de buenas anécdotas, guardadlas en un saquito, y cuando veáis a un bloguero en crisis, administrádselas, una cada 24 horas, para que pueda sacar adelante su bitácora.