Tranquilitamente
Miedo al otro. El brexit resalta la pérdida de confianza en los demás, el gran déficit de la cultura actual. El movimiento hacia el ‘yo me lo guiso porque yo me lo como’ sólo tiene sentido si uno es un gran cocinero, y ni siquiera entonces, porque si uno es un gran cocinero, el dar de comer mejor a los demás y que disfruten contigo, parece lo más razonable.
Y si lo que cocinas es una plasta y te empeñas en comértelo tu solo, más pronto que tarde vas a acabar pidiendo a los demás que sean ellos los que te den de comer, porque tu ya no aguantas más. Aunque no lo hayas cocinado tú. Es muy difícil ser tu lo mejor para ti, sin ayudas de otros, durante mucho tiempo, porque los demás son más, y, si se juntan, te podrán superar.
La cosa está en el ‘si se juntan’, si se tienen confianza mutua como para que cada uno haga lo mejor que sabe y comparta con los otros lo que ellos sepan hacer. El proyecto europeo y cualquier otro proyecto funciona mejor si más gente se junta para alcanzar un objetivo común; y peor si cada uno piensa que es el rey del mambo y que los demás no saben bailar. Y que no sabrán aunque tu hagas lo posible por enseñarles a hacerlo.
Si se juntan, será posible comer todos de las mejores recetas de cada uno, sin pensar que el otro lo que quiere darte es un veneno que te debilita o te mata. La pérdida de confianza en que el otro, no sólo quiere lo mejor para él, también quiere lo mejor para ti, es un comienzo decidido de caminar hacia la parálisis total. Ese ‘que nadie me toque porque yo soy muy bueno y me basto solo´, es una mentira cada vez más grande, que te va haciendo cada vez más pequeño, ante ti y ante los demás.