todos somos bastante felinos últimamente

La cosa está llegando a un punto en el que todos nos sentimos felinos en la jungla, y no sólo Zapatero, como se esfuerza por decir el embajador de los Estados Unidos en los papeles esos filtrados. Los felinos de la ciudad son los gatitos que arañan, pero que pueden vivir en cualquier casa y hasta una solterona es capaz de hacer que la quieran. Pero los felinos de la jungla no están para mimos y el que se acerca a ellos desprevenido, se puede llevar un zarpazo a la primera de cambio.
La jungla es aquella cosa que ardía en “La jungla en llamas” aquella película de David Niven y cuando se pone a arder entonces los felinos empiezan a correr como locos de un lado para otro, sin respetar a nadie, a zarpazo limpio y que el que venga detrás que arree. Los felinos enloquecidos son mucho peores que el resto de los animales de la jungla, ni los elefantes, ni las serpientes, ni las cacatúas tienen nada que hacer ante el rey león, como se ve en la película de Disney. Y los tigres de Bengala, los leopardos y todos los demás felinos que hemos visto tantas veces, son para echarles de comer aparte porque te devoran si te pillan.
Y claro, el embajador de Estados Unidos, que ha debido de ver más pelis que cualquiera de nosotros por aquello de que las pelis se hacen en Hollywood mayormente, cuando ve al personaje no le llama Bambi, como hizo otro socialista de los que veían mucho cine, sino que lo ve como un felino, pero no un felino gatuno, ronroneante, de los que se acercan para que les acaricies el lomo, sino un felino de los de la selva, de los depredadores, de los que si los sueltas se quedan con todo, y encima quieren siempre más y más, y mucho más.
Y lo que probablemente pase es que el embajador tuviera una imagen distorsionada de la realidad que se encontró al cruzar el charco. Se creía que venía a un sitio civilizado y se encontró con la jungla, con un país convertido en una jungla, con una jungla llena de felinos que se devoraban unos a otros, pugnando por ser cada uno el rey de la selva o así, entre los que Zapatero sólo era uno más que se movía por allí con cierta habilidad, a la espera de las presas desprevenidas a las que poder devorar, y con la mirada atenta para que no le devoraran los otros felinos que pululaban a su alrededor.

2 comments

  1. En MI NO KOMPRENDER: todos somos bastante felinos últimamente: La cosa está llegando a un punto en el que todos … http://bit.ly/frbD4i

  2. RT @rafaelguijarro: todos somos bastante felinos últimamente http://bit.ly/g7lixv