Del cine al cielo
- FOTO DE EMDOT
Me cuenta G. que, para él, el cine es una experiencia religiosa, muy religiosa. De hecho, estando en el seminario, se escapó una vez al cine furtivamente. Entró en la sala a oscuras y se deslizó por el pasillo central. Llegó a la fila siete y, clavando su rodilla en tierra, instintivamente, hizo una genuflexión. Cuando se dio cuenta y vio que todos lo espectadores lo miraban con expectación y palomitas en la boca, reaccionó. Se agachó hasta su zapato izquierdo e hizo ademán de atárselo para disimular. Sus dedos buscaron desesperadamente los cordones… pero llevaba mocasines.
Jajaja. Ha sido muy visual.
A mi me pasó una vez algo parecido. Muy parecido. Pero lo contaré en otro momento.
Mira, don Allendegui…no andas descaminado. Cuando hablemos cara a cara te contaré lo que me pasó a mi…