Sacando petróleo

FOTO DE ROGER MELB
FOTO DE ROGER MELB

M. tenía verdadera afición por hurgarse la nariz. Su abuelo siempre se lo recriminaba. «Deja de meterte el dedo en la nariz, niño… que parece que estás sacando petróleo». Y M. seguía erre que erre perforando en sus fosas nasales. Un día perforó con tanta enjundia que empezó a brotar un líquido negro de su orificio nasal derecho. Lo que empezó como un chorrito se desbordó en cuestión de segundos, y ya era un caudaloso torrente incontenible. El abuelo, horrorizado, gritaba mientras se tiraba de los pelos: «Mira que te lo dije, mira que te lo advertí, petróleo está saliendo, petróleo». M. no sabía cómo reaccionar. Acudió a las páginas amarillas, que se tornaron rápidamente en páginas negras, teñidas por el flujo de crudo que cada vez emergía con más fuerza. Llamó a una compañía petrolera para que le ayudara a resolver el problema. Enseguida se presentaron cuatro ingenieros con cascos amarillos que inspeccionaron la nariz de M. Sin mediar palabra, sacaron un montón de tubos de metal, tornillos y herramientas y montaron una plataforma como de Mecano en torno a la nariz de M. Era un armatoste de cinco metros de alto y diez de ancho. «Ahora tendrás que vivir con esta plataforma, no te la puedes quitar ni para ir al baño», le dijeron los ingenieros. También llegó un grupo de petroquímicos para analizar la calidad del crudo de la nariz de M. Concluyeron que era demasiado sulfuroso y que costaría mucho refinarlo. Así que le pidieron a M. que leyera muchos manuales de urbanidad y buenas maneras para que se refinara mucho y así poder utilizar el petróleo para hacer muchas cosas: tejidos, gasolina, pegamento y colas industriales, y hamburguesas con queso.  M. fue obediente y se leyó muchos tratados de educación. Su petróleo se refinó tanto que empezó a ser codiciado en el mercado internacional. Lo llamaron de la OPEP y lo hicieron miembro de honor. Iba todos los meses a Viena a las reuniones del grupo y se comía varios croissants, que pagaba con barriles de crudo. M., en el fondo de su nariz, estaba muy contento y no dejaba de pensar: «Esto sí que es sacar petróleo«.

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4 Respuestas para “Sacando petróleo”

  1. J. 5 noviembre, 2008 a las 20:03 #

    Jajajajajajajjajajaja. Estoy por los suelos. jajajajajajajajaa. Eres gilipollas… o un genio. Genipollas!!!!

  2. bettyboop 5 noviembre, 2008 a las 22:54 #

    no te habrá afectado un poco la noche electoral, don Allendegui? pensé que lo de la playa nudista era insuperable. De todas formas todavía estoy pensando cómo M. era capaz de salir con la plataforma porque es imposible que pasara por la puerta.
    bettyboop

  3. Allendegui 6 noviembre, 2008 a las 22:56 #

    Hay que sacar petróleo de lo que se pueda… J. soy genipollas, ¿o más bien gilineo?

  4. J. 7 noviembre, 2008 a las 8:04 #

    Pudiera ser, sí.