Obamakoak
Ayer fui a visitar un colegio. El encargado de la visita guiada se había educado en España y me explicó con gran detalle la filosofía de la escuela. Fue muy interesante recorrer el campus, con todas sus instalaciones deportivas, sus aulas de alta tecnología, sus patios de recreo, la biblioteca… Por fin llegamos a un aula cuya puerta estaba blindada de motivos ibéricos. Abrimos la puerta y me presentó a Zeke, «el lituano», dijo.
– ¿Eres lituano?, pregunté yo ingenuo.
– No hombre, soy de Algemesí, Valencia, me respondió Zeke, Ezequiel para más señas.
Yo nunca había conocido a nadie de Algemesí…
– Ya me parecía a mí que no parecías lituano, agregué.
Empezamos a hablar y Zeke me contó emocionado que la cantante que iba a representar a Barack Obama entre la comunidad hispana de Estados Unidos era una valenciana, también de Algemesí, y que estos días andaba por Melocotown. Noelia Zanón, una cantante con apellido de gas noble. «Qué coincidencia», pensé yo. Me despedí de Zeke, en lituano, claro.
– Viso gero.
– Viso Gero.
– Linsonjero.
Por la tarde, estando en la redacción donde trabajo, se formó un pequeño alboroto, y de entre un grupo de personas emergió… Noelia Zanón. No pude resistir la tentación y me acerqué a ella.
– Hola Noelia -me presenté. Jamás había conocido a nadie de Algemesí y contigo ya son dos los que conozco hoy.
– Hola, pero yo no soy de Algemesí, soy de Valencia
Seguimos hablando un rato. Luego, di media vuelta y seguí escribiendo mientras pensaba que hubiera preferido que fuera de Algemesí.
Este blog es obra de Allendegui, un periodista navarro que emigró hace más de una década para hacer las Américas, y todavía no las ha terminado. Sus anacrónicas hablan por sí mismas, después de intensas sesiones de logopedia. También han ganado premios, como el 
Algemenó. Lástima.
En realidad, hubiera preferido que fuera de Kaunas.
Ella se lo pierde. Fresca.
Yo estuve en Kaunas una vez, de viaje en moto. A mi amigo y a mí nos atosigó una cuadrilla de lituanos borrachos. Tuvimos que plegar la tienda y marcharnos. Menos mal que sabíamos decir Zalguiris.
¡Sal, guiri! -nos decían.
Y salimos, claro.
Yo lo más lituano que conozco son Las Gaunas, el estadio del Logroñés.