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Del «efecto Menéame» al «efecto cabréame»

(Foto de Lamont Cranston)

El martes pasado sufrí en mis propias carnes el llamado «efecto Menéame», que Wikipedia define como el inesperado incremento en las visitas de una web cuando una noticia o post llega a la portada del sitio de recomendaciones Meneame.net, «cosa que puede llegar a bloquear al sitio enlazado», como efectivamente me ocurrió.

El culpable fue un post de una foto «eufemística», pero eso es otra historia, porque lo llamativo del día en realidad fue el «efecto cabréame» que padecí poco después, cuando me comuniqué con mi servicio de hosting para que restablecieran el acceso a la base de datos de mi blog. Después de la avalancha de visitas, allendegui.com estuvo inaccesible durante varias horas, hasta que finalmente la compañía que aloja mi bitácora optó unlateralmente por desactivarlo. Cuando me enteré, los llamé iracundo:

– Buenas noches, oiga, tengo mi blog alojado en su servicio de hosting y hoy, unilateralmente y sin previo aviso, interrumpieron el acceso a la base de datos y dejaron inaccesible el blog. ¿Cómo es posible?

– Lo sentimos estimado cliente, pero tuvimos que tomar esa determinación ante el elevado número de consultas que experimentó nuestro servidor. Creemos que hay algún tipo de problema en su base de datos, así que la solución que le planteamos es que nos escriba un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para resolver el problema y entonces nosotros procederemos a analizarlo y, de quedar resuelto, restableceríamos el acceso a la base de datos.

– Oiga, perdone, que le interrumpa, pero mire, ahora mismo no me interesa que ustedes analicen nada, sino que restablezcan de inmediato el acceso a la base de datos y después analizamos lo que ustedes quieran.

– Señor, lamentablemente no podemos hacerlo, la solución que le planteamos es que nos escriba un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para resolver el problema…

– Perdone que le diga, pero no hay ningún problema en mi base de datos, simplemente lo que ha ocurrido es que escribí un post que resultó ser muy popular y el «efecto Menéame» causó un aumento inesperado en el número de visitas, ¿sabe lo que es el «efecto Menéname»?

– Sí, señor, estoy enterado de Menéame, pero yo le estoy dando la solución. La solución que le planteamos es que nos escriba un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para resolver el problema y entonces nosotros procederemos a analizarlo…

– A ver, ¿usted se da cuenta de que no existe ningún problema, de que lo que ha ocurrido es que ha habido un post muy exitoso que ha provocado este aumento, y que con esta discusión peregrina lo único que estoy logrando es perder más visitas?

– Lo sé señor, lo lamento, por eso le estoy dando una solución… la solución que le planteamos es que nos escriba un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para resolver el problema y entonces nosotros procederemos a analizarlo y, de quedar resuelto, restableceríamos el acceso a la base de datos.

– Mire, usted no me está entendiendo. ¿Podría hablar con su supervisor? ¿con un superior? ¿con su jefe?

– lamentablemente señor no le puedo pasar con nadie, yo no le puedo pasar esta consulta a un compañero…

– Pues entonces solucióneme el problema usted y tan contentos…

– Señor, eso tampoco lo puedo hacer, pero le estoy dando una solución. La solución que le planteamos es que nos escriba un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para…

– ¡Pero qué cerrado es usted! ¿No se da cuenta de que no puedo tomar ninguna medida más que pedir amablemente a mis lectores que dejen de leer mi blog porque me lo han saturado? ¿Se da cuenta del absurdo que sería eso?

– Sí, lo sé, pero es que yo le estoy dando una solución, que me envíe…

En este punto me sentí en un programa de cámara oculta, me parecía inaudita la conversación que se estaba desarrollando en el teléfono.

– Oiga, ¿sabe que si grabaran esta conversación y la reprodujeran en un programa de humor, la gente se moriría de risa y creerían que es ficticia?

– Pues señor, mire, yo le estoy dando la solución… escríbamos un mail…

– Pero, ¿No le he dicho que no puedo solucionar nada porque no hay nada que solucionar? Por lo visto la solución va a ser que me cambie de proveedor de hosting.

– Señor, la otra posible solución es que se pase a otro de nuestros planes de servidor dedicado, así no tendría más problemas.

– ¿Pero se da cuenta de que ahora lo que está haciendo es venderme la moto? ¿Ustedes me están cobrando un dineral por este servicio y ahora me dice que no funciona, que me tengo que pasar a otro porque en el que tengo ahora corro el riesgo de morir de éxito? Esto es increíble. ¿Me puede pasar con un supervisor?

– No, no puedo pasarle con otro compañero.

– Pues entonces solucióneme el problema.

– Ya le estoy dando la solución. Escríbanos un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para resolver el problema y entonces nosotros…

Harto ya de semejante diálogo de besugos, opté por el surrealismo….

– Oiga, ya le envié el correo.

– No lo he recibido.

– Sí, mire ahora, tiene que haberlo recibido, fíjese.

– No, no, no lo tengo.

– A ver, pruebe ahora.

– No, no, no ha llegado, y puede tardar, entre unos minutos y media hora…

– Pero vamos a ver, si es un correo electrónico, ¿cómo va a tardar media hora? Lo tiene que haber recibido.

– No, no lo he recibido. Espere un momento, por favor.

Al cabo de dos minutos.

– No, no he recibido nada.

– Sí, tiene que haber recibido algo. Yo le escribí diciendo que no había nada que cambiar.

– No, no recibí nada, y tengo que seguir trabajando, así que si no le puedo ayudar con nada más, voy a tener que colgar.

– No, sí, ayúdeme. Resuélvame el problema, por favor, restablezca el acceso a la base de datos.

– Ya le he dicho la solución. Escríbanos un correo electrónico explicando las medidas que ha tomado para resolver el problema y entonces nosotros procederemos a analizarlo y, de quedar resuelto, restableceríamos el acceso a la base de datos.

– Pero ya se lo he enviado.

– No lo he recibido.

– Pero mire, que ya se lo envié.

– No, no lo he recibido.

– Sí, fíjese bien, ahí le digo que no tengo ningún problema y que me restablezca la base de datos…

– Lo que tiene que hacer es escribirnos correo electrónico explicando las medidas…

– Agggggggggggghhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! esto es como hablar con una pared. Me ha dejado agotado, no puedo más. Adiós.

ACLARACION: Después de este incidente con la empresa 1and1 (con la que tenía su Pack Business Plus, supuestamente «la solución óptima para empresas»), cambié de proveedor y ahora estoy feliz y contento con Bluehost… al menos hasta que me digan que tienen que analizar algo.