Confirmado: soy chino
(Foto de Yewenyi)
Hoy estaba en el parque jugando con mis hijas y se me acercó un niño rubio como el oro. Nos había oído hablar. Me miró fijamente y me preguntó:
– ¿Hablas chino?
La pregunta me desconcertó. Cavilé un segundo. Le contesté que no, «no hablo chino». Pero me quedé pensando si, en realidad, yo debería hablar chino. Cuentan que los niños siempre dicen la verdad, así que quizás sí hablo chino y todavía no me había cuenta.
Nada más llegar a casa, lo primero que hice fue mirarme en el espejo. Tenía los ojos rasgados y la piel azafranada. Empecé a hablar y no entendía nada de lo que decía. Aquel niño tenía razón. Hablo chino.