Los nuevos miedos infantiles
(Foto de Maurice)
Recuerdo que en mi infancia la forma más eficaz de intimidar a un niño era decirle:
-¡Pórtate bien, que si no vendrá el Coco y te comerá!
Pero creo que eso ha cambiado. El Coco ha perdido su poder disuasorio. Ahora hay amenazas más eficaces.
Este fin de semana nos visitaron David y Eu con sus hijos: Tomás, de 5 años, y María Paz, de tres. Una de las mañanas estaban jugando Catita y Tomás. Yo escuchaba su jolgorio desde mi habitación, todavía en estado letárgico. Algo debió pasar que no alcancé a entender bien entre mis sueños, pero pude escuchar la amenaza de Tomás a Catita:
– ¡Catita, no lo hagas, o si no se te contagiará la gripa (sic) porcina!