Cronopios anacrónicos
Un cronopio se conectó a Internet para comprar en Amazon.com un ejemplar de «Historias de Cronopios y Famas», de Julio Cortázar. A los cinco días le llegó por correo «La Orilla», también de Julio Cortázar, pero nada de cronopios, que seguramente estarían en la otra orilla. El cronopio se quejó a la tienda, devolvió el libro equivocado y volvió a pedir «Historias de Cronopios y famas».
A los dos días, se encontró un paquete en el correo. Destripó el empaque con fruición. Pero, otra vez, era «La Orilla», de Julio Cortázar. El cronopio, iracundo, llamó a Amazon.com, que se disculpó cortésmente y le dijo que no habría problema en hacer una devolución.
– !Viva la devolución!, gritó el cronopio, un jacobino exaltado.
Amazon le explicó que, por problemas en la base de datos, «Historias de Cronopios y Famas» aparecía como «La orilla». El cronopio quedó petrificado y se convirtió en un grano de arena a la orilla del mar.
Que barbaro mi estimado cronopio… ahora si que de cual fumaste… como dijera algun antiguo rocanrolero mexicano de baja escuela: «de lo que te pone asi, presta para andar igual»