La invitación

Recibió un sobre vacío, sin remitente ni tarjeta ni sello. Se puso muy contento y lo guardó celosamente en el bolsillo de su desgastada levita. Dos semanas después acudió al banquete. Se sentó en la última silla de la mesa llena de manjares, solo. No probó bocado. Simplemente se sació paladeando la emoción de que alguien se hubiera acordado de él para invitarlo.

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8 Respuestas para “La invitación”

  1. Boris 31 julio, 2008 a las 16:39 #

    Muy bueno! Tiene reminiscencias borgeanas, papi. Te felicito

  2. admin 31 julio, 2008 a las 17:52 #

    Gracias papi! Me encanta la palabra reminiscencias. Tiene reminiscencias reminiscentes.

  3. J. 31 julio, 2008 a las 17:53 #

    me siento identificado con el sobre.

    Muy buena bua.

  4. admin 31 julio, 2008 a las 17:59 #

    Yo me identifico con los sellos.

  5. Ander 31 julio, 2008 a las 21:08 #

    Un caso evidente de sobredosis.

  6. Allendegui 31 julio, 2008 a las 22:18 #

    Sobredosis de soledad. Qué aliteración sinestésica

  7. Miguel Angel 1 agosto, 2008 a las 3:09 #

    Joer que hambre me has dado, felicidades por el blog renacido que espero siga con este ritmo durante muchos años.
    Aupa San Fermín! Perdón, es la costumbre.

  8. admin 1 agosto, 2008 a las 3:33 #

    Miguel Angel, nada de hambre… deberías saciarte con la satisfacción de leer este blog renacido.