Jul 192017
 

Ante la presencia de dolor o de inflamaciones cutáneas los especialistas sanitarios acostumbran recetarnos medicamentos antinflamatorios que alivian y calman dichos síntomas. Estos se manifiestan a menudo como consecuencia de lumbalgias, de pequeñas contusiones, de golpes, tortícolis u otros tipos de contracturas, e incluso de esguinces de tipo leve que surgen tras una torcedura. Cuando esto ocurre, y alguno de estos síntomas aparece, la aplicación de tratamientos directamente sobre la piel, por ejemplo de cremas antinflamatorias como estas, suele resultar muy eficaz.

Sin embargo, a la hora de aplicar dichas cremas y geles hay varios factores que debemos tener en cuenta para que su efecto sea más rápido y mayor. El objetivo es evitar que el dolor y la inflamación perduren y, como consecuencia, se calmen y desaparezcan cuanto antes.

Lo primero que debemos saber es que hay que respetar la dosis recomendada por nuestro médico. Es muy importante seguir sus indicaciones y aplicar la crema tantas veces al día como nos han indicado. De lo contrario, si nos saltamos alguna de las tomas y no somos, por lo tanto, constantes, los efectos del tratamiento se verán reducidos.

El segundo consejo tiene que ver con el tipo de medicamento que estamos utilizando. Al tratarse de medicamentos de uso cutáneo externo, es decir, medicamentos que se aplican directamente sobre nuestra piel, la zona en la que aplicaremos la crema debe estar limpia, seca e intacta. Debemos comenzar aplicando una fina capa de gel en la zona dolorida extendiéndola bien y cubriendo toda la zona afectada. A continuación, comenzaremos a realizar un ligero masaje con las manos. No es necesario presionar con fuerza o extender el gel más allá de la zona dolorida, pero si es conveniente masajear bien la zona hasta que veamos que la piel absorbe por completo la crema. Este paso es muy importante ya que de ello dependerá que la crema penetre de manera correcta en la zona afectada y que la inflamación y el dolor se vean poco a poco reducidos.

En los casos en los que el envase del medicamento no venga provisto de un aplicador roll-on, o si, a pesar de incluir un pulverizador tengamos que extender nosotros mismos el producto, deberemos lavarnos las manos inmediatamente después de cada aplicación.

Mientras aplicamos estas cremas, es muy importante mantenerlas lejos de los ojos y de las mucosas, ya que el contacto con estas zonas puede producir irritaciones importantes. En caso de que esto ocurra, contacte con su médico lo más rápido posible.

Por último, debemos tener una especial precaución si sobre la zona afectada tenemos heridas o eccemas, ya que de ser así no es aconsejable utilizar este tipo de geles. Tampoco es recomendable exponer la piel al sol tras la aplicación de dichas cremas, incluso si el día está nublado, así como tampoco es aconsejable exponerse a lámparas de rayos ultravioleta (UVA).

Por último, lea especialmente con atención el prospecto que acompaña a su gel si es alérgico a algún medicamento, si está utilizando o si ha utilizado cualquier otro medicamento recientemente, si está embarazada o en periodo de lactancia o si la persona afectada tiene menos de 12 años.

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 Posted by at 9:06

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