Vivimos para contarlo, pero no contamos con que hay que vivirlo
Nos ha tocado vivir una época en la que estamos más pendientes de hacer «check-in» en FourSquare que en observar el lugar al que llegamos; nos preocupa más sacar una foto y subirla a Facebook o Instagram que disfrutar el instante que estamos captando; estamos más pendientes de tuitear lo que alguien dice que de escuchar atentamente lo que quiere comunicar; nos afanamos más en agregar amigos y contactos a Facebook y Linkedin que en profundizar nuestros lazos con las personas que tenemos más cerca y con las que convivimos diariamente.
Aunque no soy tan extremista como Sherry Turkle, sí comparto sus inquietudes, y creo que hay que tenerlas en cuenta en este mundo digital 2.5, casi 3.0 (Tengo en mi lista de lectura inmediata su «Alone Together«. Ya llegaré).