Mascotas sin techo
Jamás había pisado un supermercado para mascotas y hoy lo hice por un encargo. Me pidieron que comprara unos zapatos para perro tamaño extra pequeño. Como no estaba familiarizado con este tipo de locales, opté por preguntar directamente:
– Oiga, ¿dónde están los zapatos para perro?
– Sígame. ¿Cuáles quiere?
– Unos Pawtector.
– Aquí están.
Descolgué de la repisa una pequeña caja con dos pares de patucos color negro.
– !Qué buen producto, viene con un par de repuesto!, pensé nada más verlos… luego caí en la cuenta de que los perros tienen cuatro patas.
Llevé los zapatos a la caja y mientras esperaba mi turno reparé en una hilera de «tupperwares» llenos de agua en los que nadaban a sus anchas unos diminutos peces barbudos. Finalmente, el momento de pagar. Deslicé mi tarjeta por el lector magnético y apareció un mensaje en la pantalla: ¿Desea donar un dólar para las mascotas sin techo? Un poco descolocado, hice click en «No». Salí de la tienda algo estupefacto.
Ya en casa, y para satisfacer la curiosidad, busqué en Internet la campaña en favor de las mascotas sin hogar y encontré un sitio de Internet con todas las campanillas. La cosa no iba en broma: ya han salvado a 3.623.365 mascotas sin techo.