La emoción
(Foto de Abuela Pinocho)
Abrió nerviosamente el periódico, directamente en la página del número ganador de la lotería. Tenía las manos sudadas. En una de ellas el boleto; en la otra el periódico todo arrugado. Casi tiritando, verificó una a una las cifras. Coincidían todas. Todas. Se le aceleró el corazón. Había ganado 17 millones. Pero la emoción empezó a embargarlo, comenzando por su casa, su coche y finalmente el premio que acababa de ganar… hasta quedarse sin nada.