Lo mejor que he leído sobre el iPad
Es sábado de madrugada. Hoy sale a la venta el iPad. Ya me iba a la cama cuando reparé en el Time de esta semana, que llegó hoy en el correo. Estaba semi-tapado, sobre la mesa de la cocina. Acierto a atisbar el rostro de Steve Jobs en la portada. Me atrae como un imán. Cómo no, el tema es el iPad.
Me engancho con el artículo de Stephen Fry al respecto. Lo devoro. Me quedo con un dato curioso: Fry y Douglas Adams, el autor de «La guía del autoestopista galáctico«, fueron las dos primeras personas en Gran Bretaña en tener un Mac en 1984, y se juntaban para pasarse programas y diseñar iconos. El final del artículo me conmueve. Es, quizás, lo mejor que he leído hasta la fecha sobre el iPad. Lo transcribo traducido:
«Es posible que la gente no caiga sobre el iPad como yo, como un león sobre un antílope. Quizás les parezcan demasiado caros las aplicaciones y los iBooks. Tal vez esperarán a próximos modelos con más prestaciones. Pero para mí, mi iPad es como un fusil para un defensor de las armas: la única forma de quitármelo es arrancándolo de mis manos frías, muertas. Me viene a la cabeza una nota melancólica mientras mis dedos se deslizan sobre la superficie de este objeto asombroso: Douglas Adams no vive para ver lo más parecido a su Guía del Autoestopista que jamás haya hecho un ser humano».