La buena vida de los disquetes jubilados
Ahora que los disquetes están jubilados, se dan la vida padre. Se van de vacaciones, viajan por el mundo, leen, hacen deporte. Así que no es raro verlos en la playa tomando el sol. El otro día me encontré uno en la piscina de un hotel. Lo saludé. Me dijo que ahora vive muy bien, sin tener que trabajar todas esas horas, dando vueltas sin parar dentro de oscuras ranuras, recordando miles de palabras que le son indiferentes.
Se lo presenté a Catita.
– Mira Catita, eso es un disquete.
Catita nos miró confundida.
– ¿Y qué es un disquete, papi?
Entonces me di cuenta de que mi hija quizás nunca vuelva a ver en un disquete si no es en un museo informático o en una enciclopedia de curiosidades tecnológicas, cuando hace 10 años era el soporte que todos utilizábamos para transportar y compartir información.