Redes sociales
- FOTO DE BOLISTON
Después de bregar toda la noche con el mar, los pescadores de la Cofradía de Porto de Son dejaban las redes tiradas en el muelle. Una vez repuestas del esfuerzo, las redes se reagrupaban en montones. Por un lado, se iban las misántropas. Por el otro, las redes sociales, tan de moda ahora, que iniciaban una animada tertulia. Hablaban de todo. De los avatares de la jornada de pesca, de sus anhelos y sueños, de sus cotilleos. Alguna confesaba su amor irrefrenable por un anzuelo de poblada barba, otra echaba pestes de su penetrante olor a bonito del norte, y una tercera describía su ilusión de llegar a ser red de portería de fútbol en el estadio de Riazor. Pero al final, siempre terminaban enredándose en discusiones peregrinas, tan peregrinas que luego se iban a hacer el Camino de Santiago.
Quería comentar todo esto que dices, pero tanta intimida.
Saludos de Undante, Red Undante. Red Undante te saluda.
!Undante Alighieri!
(Tanta red, quería decir). Y ahora me voy. Alighierando.
J., tanta red, tonta red.