Un cuento chino que no caduca
-
FOTO DE RICK
Leo en Microsiervos la siguiente frase: «Todos sabemos que las fechas de caducidad son falsas; sólo están ahí, como los heavies, para dar miedo a las madres«, atribuida a Agustín Fernández Mallo. Es cierto. Mi abuela siempre decía que eso de la fecha de caducidad era un cuento chino y que en sus tiempos no había nada de eso. A nosotros nos hacía gracia ese desafío a la salubridad de los productos alimentarios, e incluso nos parecía temerario. Un día, rebuscando en el «comercio», como llamaba mi abuela a la despensa de su casa, encontró una lata de anchoas de 1973, algo que en principio no llamaría la atención si no fuera porque apareció en 1992. Arqueología en conserva. Para mi abuela, aquel hallazgo era una oportunidad única de demostrar su teoría contra las fechas de caducidad. Y no la desaprovechó. Cogió el abrelatas, despanzurró la caja de latón y devoró uno tras otro los filetes de anchoa con gran velocidad para que no se lo impidiéramos. Al día siguiente, amaneció como una rosa y, con una mueca de sonrisa victoriosa, nos lo volvió a recordar: «Eso de la caducidad es un cuento chino».
Sí, sí. Fue un momento difícil de olvidar. Las zampó todas. Todo un carácter.
Esta prueba es indiscutiblemente mucho mejor que la hicimos nosotros, pero también escribimos sobre eso en su momento! 🙂
http://makememinimal.com/2007/sin-miedo-a-consumir-preferentemente-despues/
Hasta creo recordar que dijo que caducadas estaban más ricas.
Yo he tirado montones de cajas de cereales a la basura. Porque pone: «Consumir preferentemente antes de: ver la tapa». Y como ya he visto la tapa, tengo que tirar los cereales.
Yo por eso me vendo los ojos para comer los cereales.