El interrogatorio teológico de Catita
Catita acaba de cumplir cuatro años y, con la edad, también aumenta la dificultad de las preguntas que me hace. Hasta ahora, el mayor desafío que me había planteado había sido la definición de «peligroso». Hoy me puso en peligro preguntando el significado de «felicidad». Creo que me defendí bien, felizmente. Pero cuando ya creía haber escapado ileso, llegó el segundo asalto. Entramos en una iglesia y, al ver un crucifijo, sin pensarlo dos veces, Catita me preguntó:
– ¿Por qué Jesús está en una cruz?
Desconcertado, traté de recomponerme y armar una buena respuesta para una niña de su edad, pero las palabras y las imágenes me eran esquivas.
– Pues Jesús nos quiere tanto que murió por nosotros en la cruz.
– ¿Y quién lo mató?
– Pues unos malos.
– ¿Y por qué esos malos lo mataron?
– (Piensa, piensa) Pues porque Jesús decía la Verdad, y a esos malos no les gustaba la verdad. Y entonces lo mataron en la Cruz… Pero Catita, luego Jesús resucitó y…
– ¿Y ya está mejor?
Felicidades, Allendegui!!!
Muchas gracias J. Hay que tomarse unas cañas.
Felicidades, pues. Y cañas, pues.
¡Felicidades, papá de Catita!
Sobre todo cañas.
Muchas gracias Joana. Te empecé a seguir hace poco y cuando escribía este post pensé que te estaba imitando.