Sep 292011
 

El juicio para esclarecer el motivo de la muerte del Rey del Pop ha comenzado y en el banquillo se sienta el principal sospechoso: su médico de cabecera, Conrad Murray. Tensión, imágenes escabrosas, un audio inédito y muchas lágrimas son los ingredientes de este mediático y morboso litigio que no ha hecho más que empezar.

La acusación lo tiene claro: «La muerte de Michael Jackson fue un homicidio». El letrado David Walgren y su equipo han aportado pruebas incriminatorias contra el médico.

La primera de ellas fue un vídeo del artista bailando en el Staples Center de Los Angeles horas antes de su muerte, lo que desató las lágrimas de la madre de Jackson.

La sala también se sobrecogió cuando se proyectó la imagen del cuerpo sin vida del Rey del Pop postrado en una camilla, momento aprovechado por la acusación para cuestionar el porqué de semejante cambio radical en tan poco tiempo.

El abogado de la Defensa, Ed Chernoff afirmó que fue el propio Jackson el único responsable de su muerte ya que ante la negativa de Murray a suministrarle más somníferos, decidió ingerirlos por su cuenta.

Conrad Murray no pudo contener las lágrimas cuando Chernoff detallaba cómo el cantante ingirió dos miligramos de píldoras de lorazepam y se inyectó una dosis de propofol, algo que fue «una tormenta perfecta de drogas que le mató al instante».

Al parecer, el músico estaba desesperado por culpa del insomnio. Su médico se negó en rotundo a darle la medicación que él le estaba pidiendo, por ello «cometió un acto que causó su propia muerte». La mezcla de somníferos fue tan potente que «murió tan rápido que no le dio tiempo a cerrar los ojos» decía el abogado de Murray.

«QUIERO QUE LA GENTE DIGA: ‘NO HABÍA VISTO NADA IGUAL EN MI VIDA'»

El juez también pudo escuchar como prueba una grabación de voz del propio Michael Jackson un mes antes de su muerte, en la que se puede apreciar que está sumido en los efectos de algún tipo de sustancia ya que su tono de voz suena entrecortado y adormilado.

Ese ha sido el argumento de Walgren para incriminar de nuevo al médico, afirmando que no es comprensible que, siendo consciente del delicado estado del cantante, siguiera adquiriendo propofol para su tratamiento.

En el audio se escucha a Michael afirmando: «Tenemos que estar fenomenal. Cuando la gente se vaya del show, quiero que digan: ‘Nunca había visto nada igual en mi vida. Vamos, vamos. Nunca he visto algo así. Vamos. Es increíble. Es el mejor artista del mundo’. Voy a coger ese dinero, un millón y voy a hacer un hospital para niños, el más grande del mundo: el hospital para niños MichaelJackson».

Walgren afirma que Murray no trató adecuadamente a un paciente que estaba en una situación muy delicada y afirma: «Tenía escalofríos, estaba temblando y divagando».

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