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El actual ritmo de vida que impone la sociedad actual fomenta la aparición de costumbres vitales que forzosamente están en contraposición con una alimentación variada, equilibrada y lo más saludable posible. Una de esas tendencias reside en saltarse el desayuno, ya que erróneamente atribuyen a esta práctica propiedades adelgazantes y, por el contrario, favorece el aumento de peso.
Así lo ha asegurado la directora de la Unidad de Nutrición de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Carolina Muro, con motivo de la campaña ‘Licencia para comer’, destinada a acabar con falsos mitos arraigados en la población sobre determinados alimentos y bebidas y que cuenta además con un espacio propio en Radio 5 Todo Noticias de RNE.
«El desayuno es una de las tres comidas fundamentales del día, y cada vez detectamos una mayor propensión a saltárselo. Las motivaciones son variadas: una de las más curiosas es que muchas personas consideran que no desayunar les ayuda a adelgazar. A veces se hace como una pauta pensando que a esta hora se tiene poco apetito y además se quiere perder peso. Saltarse el desayuno es un grave error, y lo que provoca en la persona que lo hace es más hambre en las siguientes horas del día, elige peor los alimentos, tiene malos hábitos alimentarios, y además el cuerpo se defiende de ese ayuno tan prolongado activando enzimas o mecanismos de acumulación de grasa como si hubiera una alarma», ha dicho la experta.
De hecho, prosigue, no existe una evidencia científica «sólida» que permita pensar que saltarse el desayuno adelgaza si no que, por el contrario hay estudios que demuestran que existe una correlación directa entre no desayunar y un incremento del Índice de Masa Corporal.
Asimismo, según el ‘Estudio Aladino’, elaborado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, señaló que entre un 5 por ciento y un 10 por ciento de los niños en España no desayuna y sólo el 3,3 por ciento realiza un desayuno considerado como completo y saludable.
«Hay que comprender que al no desayunar se tienen peores valores, más baja la glucosa en sangre, menos combustible para enfrentarse con una serie de tareas y, al final, el rendimiento es peor», ha recalcado la nutricionista.
LÁCTEOS, ACEITE DE OLIVA, ZUMOS Y CEREALES
En este sentido, Muro ha destacado la necesidad de que en el desayuno se incluyan alimentos como lácteos, aceite de oliva, pan, cereales, zumos de frutas, fruta, frutos secos o huevos. «Ha de ser, por tanto, el primer paso de una alimentación lo más variada y equilibrada posible, que ha de ser nuestro principal objetivo. Es importante recordar que no hay alimentos buenos o malos, sino hábitos de vida saludables o poco saludables», ha recordado Muro.
En este sentido, la doctora Rosa María Ortega ha abundado en la importancia de cada alimento y cada grupo de ellos en una proporción que está marcada y, por supuesto, repartirlos a lo largo del día. Todo ello, asegura, es «importante» para que el funcionamiento del cuerpo sea el adecuado, para respetar los ritmos circadianos y para que el control de peso y el funcionamiento del cuerpo vayan bien.
«Es necesario hacer un mínimo de tres comidas, que serían desayuno, mediodía y cena, y dependiendo de la persona puede ser conveniente cuatro o cinco. Hay que elegir una pauta, pero nunca será reducir a una o dos comidas, siempre es tres o más», ha zanjado Ortega.
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